“Porque nada hay imposible para Dios” es el versículo que sustenta a un líder cristiano al Norte de África porque su gran preocupación es la educación de los niños. Pues cerca de 9.000 escuelas están inhabilitadas por tener daños, destruidas totalmente o sirve de albergue para civiles desplazados.
Otro de los motivos de la preocupación por la educación de los niños es que en muchos casos los maestros abandonaron sus puestos por miedo a la violencia y los padres no llevan a sus hijos por temor a ser atacados en el camino.
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“Los niños de toda la región sufren el impacto destructivo del conflicto, no es solamente el daño físico que se ha causado en las escuelas, sino la desesperación que siente toda una generación de estudiantes que ven cómo se destruyen sus esperanzas y su futuro”, expresó Peter Salama, Director Regional de UNICEF en Oriente Medio y África del Norte.
Es Dios el único que puede ayudar en esta situación tan crucial para la vida postrera de los niños en Oriente Medio y África del Norte.
Fuente: UNICEF / Open Doors Chile