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12 de Abril del 2016
La "escalofriante" alianza entre la minería ilegal y la explotación sexual en Sudamérica
Graciela Pérez* sólo quería ahorrar unos meses y volver a Bolivia para abrir una tienda. Sin embargo, tuvo que pasar casi año y medio de pesadilla en una cantina cerca de una zona minera en la ciudad de La Rinconada, en el sudeste de Perú.
Es uno más de los miles de casos reportados de trata de mujeres y explotación sexual que se producen en la región de Puno, donde 40.000 personas, en su mayoría hombres, viven de la minería ilegal e informal.
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Y Puno no es una excepción en Sudamérica, donde el tráfico sexual opera al lado de la minería fuera de la ley; lo que los expertos en crimen organizado llaman una alianza "escalofriante".
"Hay un fuerte vínculo entre la minería ilegal y la explotación sexual. Siempre que hay grandes migraciones de hombres a una zona, hay una gran demanda de servicios sexuales que a menudo genera tráfico sexual", señaló a BBC Mundo Livia Wagner, autora del reciente informe "Crimen organizado y minería ilegal en Latinoamérica".
El documento, editado por Iniciativa Global Contra el Crimen Organizado Transnacional, con sede en Ginebra, Suiza, detalla como muchas mujeres y menores responden a ofertas de empleo falsas o son reclutadas directamente por intermediarios que les ofrecen un trabajo en campos mineros como cocineras, empleadas de tiendas, o meseras.
Una vez que las víctimas son trasladadas hasta los centros de explotación, sus documentos de identificación son confiscados.
Muchas mujeres son obligadas a proporcionar servicios sexuales a "clientes" en restaurantes, bares o campamentos mineros.
La historia de Graciela, que fue llevada con engaños desde Bolivia a Perú, es también la historia de otras mujeres que pasan por el mismo martirio en Brasil, Colombia, Ecuador o Venezuela.
Fuente: BBC
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