En los días previos a la aparición de la radio, en el arranque del siglo XX, el reverendo Billy Sunday fue uno de los misioneros más notables de los Estados Unidos. Instrumento del Señor, con sus campañas llevó a más de un millón de personas a los pies de Cristo. Contrario al pecado, los vicios y el alcohol, fue sinónimo de evangelización masiva para la mayoría de los norteamericanos. Redimido por el Creador, se entregó por completo a la obra de ganar almas para Dios.
Siervo del Altísimo, llegó al mundo el 19 de noviembre de 1862 en una pequeña y humilde cabaña del estado de Iowa. Llamado William Ashley, por pedido expreso de su progenitor, conoció al Redentor desde muy corta edad gracias a la fe cristiana de su madre. Sin embargo, el dolor también formó parte del inicio de su existencia. Su padre, un patriota que se enlistó en el Ejército de la Unión, falleció cuatro meses después de su alumbramiento en medio de la guerra de Secesión. Continúa leyendo en https://cutt.ly/2R5giXl