La India, la segunda nación más poblada del mundo, recibió la visita de un grupo importante de pastores del Movimiento Misionero Mundial. Ellos fueron a compartir la Palabra y promover la Obra en ese enorme país. Fue un viaje impresionante en el lado oriental del mundo, poco conocido para los que están habituados a la parte occidental.
Rev. Luis Meza Bocanegra (*)
Íbamos a cumplir un mandato: la gran comisión “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura”, basado en el Evangelio de Marcos 16:15. Esa era nuestra tarea. Llegamos al otro lado del mundo, un país distinto, con cultura e idiomas diferentes, pero todos hijos de Dios. Se trataba de una nueva experiencia grata en nuestro trabajo por llevar la Palabra a todo el mundo.
Los primeros en llegar al territorio indio para iniciar el viaje misionero fueron el Rev. Samuel Mejía, supervisor del MMM en Asia, y el pastor Albert Rivera, supervisor nacional de Puerto Rico. Ambos viajaron hasta Sri Lanka para edificar y ministrar a la iglesia. Después de una semana, arribamos junto con el pastor Jimmy Roca.
Fue un viaje extenuante que duró 21 horas de vuelo. Llegamos a Nueva Delhi, la capital de la India, una ciudad caótica pero calma, donde las vacas a menudo deambulan por las calles bordeadas de ranchos. Allí impresiona el Fuerte Rojo del siglo XVII, una combinación de cúpulas y torres, mientras que en el mercado Chandni Chowk, el más grande del país, el regateo amistoso es una práctica común.
Estuvimos poco tiempo en Nueva Delhi. En seguida, partimos a Chenai. Después de un vuelo de 3 horas llegamos a esta ciudad, la capital de Tamil Nadu, estado del sur de la India. Es la cuarta urbe más grande del país y forma la 35ª área metropolitana más poblada del mundo.
Allí tuvimos un cordial recibimiento preparado por la iglesia del pastor Sukumar, obrero en la India. Parte de nuestro objetivo era participar en la 14ª Convención Nacional de la India.
La misión
El Movimiento Misionero Mundial tiene presencia en esa zona hace más de 14 años. El primer misionero en llegar el Rev. Samuel Mejía, quien viajó a la India en busca de nuevas almas que se unieran a las filas del Evangelio. Con el apoyo del fondo internacional y la iglesia Concordia de Santander en Colombia, el pastor inició una cadena de incesantes viajes que han contribuido al crecimiento y desarrollo de la Obra misionera en ese país.
Uno de los primeros en acercarse al MMM fue el misionero indio Sam Jacob y el pastor Sukumar, quienes, en busca de una sana doctrina, unieron sus congregaciones a la Obra con el único propósito de exaltar en unidad el nombre de Dios en la Tierra.
Desde entonces, la Iglesia de Dios ha crecido inmensamente y cientos de fieles siguen integrándose a la Obra del Señor gracias al perenne trabajo de evangelización por las almas sin Cristo.
Según los antiguos pastores de la India, la situación era completamente crítica antes de que llegara la Iglesia del MMM. Un sinfín de ministerios liberales entraron en el país en busca de riquezas y trajeron confusión en numerosas iglesias por sus corrientes distintas al Evangelio. El cambio en las estructuras, vestimenta, etcétera, proliferaban para entibiar a los fieles y vencer la antigua senda ministerial.
“Había que salir de ellos y no tocar lo inmundo”, dijo un pastor que recuerda entonces hallarse con el MMM, una Obra latina que tuvo un atractivo espiritual debido a la sana doctrina. Si bien, algunos pensaron al inicio solo en un sostén económico, al afiliarse se dieron cuenta del valioso tesoro de servir al Señor en santidad.
“Ministerio integrados”
El Rev. Luis M. Ortiz, fundador de la Obra del MMM, hablaba proféticamente de estos acontecimientos en su libro Ministerios integrados. Allí explica cómo Dios, en su misericordia, había provisto durante la historia de movimientos de santidad que integrarían ministerios en busca de organizaciones espirituales. “La manada pequeña, el remanente, se consolidaría para dar la última batalla contra las puertas del infierno”, explica.
De este modo, desde su fundación hace 53 años, el Movimiento Misionero Mundial empezó a consolidarse en un ministerio sin recursos y que al inicio era llamado con nombres despectivos; sin embargo, ahora avanza inconteniblemente en Asia, América, Oceanía, Europa y África, predicando la poderosa Palabra de Dios.
Los indios están dispersos por todo el mundo; de hecho, Sri Lanka y Nepal son naciones con poblaciones nada desdeñables de entre 22 millones y 30 millones de habitantes, en su mayoría originarios de la India. Por ello, el segundo país más poblado del mundo se convierte en una “cabecera de playa” del MMM (hablando en términos militares) para el trabajo misionero por todo el continente asiático.
Mongolia, Pakistán, China e Indonesia, entre otros países, aún esperan ser evangelizados por la Obra. Hasta ahora, el sólido trabajo misionero que desempeña el cuerpo ministerial en la India ha dispuesto seguir trabajando comprometidos con Dios y respaldar nuevos futuros proyectos en la misión.
(*) Oficial internacional del Movimiento Misionero Mundial
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(Recuadro)
Día de las misiones
Durante el recorrido misionero llegó el importante Día de las Misiones. Celebrar era un evento que no podían dejar pasar. Reunidos en pleno campo misionero en ayuno y oración, los 12 presbíteros y oficiales de la Obra en la India testificaron sobre su labor en las ciudades donde presiden.
Cada uno se refirió a su lugar de trabajo, idioma, número de iglesias, etcétera, e invitó a los pastores que los acompañaron al evento a que se colocaran de pie y mencionaran la oposición a su trabajo, que muchas veces es gubernamental o de religiones adversas; como la de los hindúes, que son extremadamente violentos e intolerantes, pero aun así los pastores y el pueblo de Dios han hallado gracia para continuar con su labor misionera.
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(Ampliado)
Desde entonces, la Iglesia de Dios ha crecido inmensamente y cientos de fieles se siguen integrando a la Obra del Señor gracias al perenne trabajo de evangelización por las almas sin Cristo.