El cristianismo ha sido perseguido desde sus comienzos. El propio Jesucristo sufrió las envidias, las maledicencias, las traiciones y el odio más feroz hasta ser crucificado de la manera más ignominiosa.
Los cristianos que siguieron su camino fueron perseguidos desde entonces. No se puede olvidar las palabras de Jesús en el Evangelio de San Juan, 15,18: El mundo os aborrecerá. Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Y también en Juan, 15, 20: Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán. Estas palabras no han dejado de cumplirse ni un solo siglo desde entonces.
¿Cuáles son los motivos por los que los cristianos sufren persecución en estos tiempos? Aquí algunos de ellos:
En el mundo islámico radical se considera que la charia o ley islámica debe aplicarse a musulmanes y a los que no lo son. Quienes no lo acatan sufren las consecuencias de la marginación social, la discriminación y una auténtica persecución recurriendo en ocasiones a secuestros, colocación de bombas en templos y asesinatos.
En países con totalitarismo comunista, como en el caso de China, Vietnam, Corea del Norte o Cuba, se ha declarado una guerra a cualquier doctrina, siguiendo el principio marxista de que “la religión es el opio del pueblo”.
En ciertas ocasiones, los que manejan el poder fomentan la creación de iglesias paralelas para dividir al pueblo, ilegalizando la que no les es fiel políticamente, como es el caso de China, e impidiendo obviamente la libertad de culto o de expresión de una fe.
Por otro lado, en otros países, los nacionalismos políticos han sido llevados hasta el extremo que al mezclarse con religiones o con ideologías conducen a la exclusión de otras doctrinas y en ocasiones al ataque brutal contra el que piense diferente, prohibiendo toda conversión que no sea a la religión dominante.
Dos ejemplos de esto último se han producido en la guerra de Bosnia entre 1992 y 1995, y en el estado de Orissa, en la India, en diciembre del 2007 y el verano del 2008, donde radicales hindúes desataron una oleada de violencia anticristiana que destrozó cientos de iglesias y asesinó a más de 84 cristianos.
Un nuevo frente de riesgo para los cristianos ha surgido con la aparición de la ideología de género. Es común leer en las redes sociales una especie de persecución contra los que se declaran cristianos. Los ataques son tan virulentos que causan, en algunos casos, hasta temor.
De acuerdo con la Lista Mundial de la Persecución 2018, el cristianismo continúa siendo la religión más perseguida en el planeta. Uno de cada doce cristianos en el mundo sufre persecución.
La libertad de credo está amenazada debido a los ataques contra los cristianos o contra los lugares de culto, no solo en Sri Lanka o Nigeria, donde el año pasado murieron 2000 personas, sino también en España o Francia, países supuestamente más tolerantes.
Solo desde una vivencia radical que sean excluyente de las demás, solo desde la envidia profunda o solo desde el odio más ciego y más intolerante se pueden entender las razones de esta persecución al cristianismo.
(*) Con material tomado de internet