En la actualidad el concepto de un liderazgo ejercido solo por el hombre tiene cuestionamientos serios. Sin embargo, pocos mencionan que los mejores líderes han sido formados por mujeres enfocadas en acciones y visiones, de entregar a la sociedad mejores seres humanos. Las mujeres, desde cualquier posición en que se encuentren, pueden ejercer un liderazgo. En la Biblia se menciona a muchas de ellas y describe sus aportes en las sociedades donde le correspondió ejercerlo. En los escritos bíblicos existen tres mujeres del Antiguo Testamento que destacaron por la influencia que ejercieron en el pueblo de Dios.
DÉBORA
En un tiempo, donde los hombres habían perdido el deseo de luchar, una mujer de familia salió al frente para salvar a su pueblo con la ayuda de Dios. El pastor Samuel Mejía en su mensaje, “Débora, un ejemplo a seguir” menciona que no existe ningún problema para que Dios pueda usar a una mujer en el liderazgo. La historia de Débora en la Biblia lo confirma. Si los hombres no están a la altura de la circunstancia entonces habrá mujeres que hagan frente a las situaciones criticas que se presenten.
“El liderazgo de una mujer como Débora fue tan fuerte y tan grande, que un general sintió que si no iba a la batalla con ella, él no seria capaz de vencer. A Barac no le falto valentía porque sino no hubiera llegado a ser general. Había algo en la vida de Débora que estaba por encima de la capacidad de estos hombres de guerra, con esto puedo decir que Dios no hace acepción de persona, lo que había en está mujer era un liderazgo comprobado y el general sentía que era mayor al que él ejercía”, dice el pastor Samuel.
ABIGAIL
En su mensaje, “Mujeres dignas de imitar”, el pastor Humberto Henao, menciona las cualidades de Abigail, una mujer de buen entendimiento y sabiduría, que supo influenciar en David y sus hombres para que no cometieran un acto del cual se arrepintiesen. La Biblia narra, que cuando sus hombres vinieron ante David para pedirle alimento, Nabal los trató de mala manera y no les quiso entregar nada. Al ver esta situación, los criados fueron ante Abigail para que pudiera detener una calamidad.
“David venia enojado con cuatrocientos hombres furiosos dispuesto a destruir todo, entonces ella se enfrentó a esos hombres y con unos argumentos convincentes les hizo entrar en razón. Al término del discurso, observamos a los criados atrás de ella, David al frente, alrededor soldados con las espadas en la mano y en el medio una mujer manejando la situación”, dijo el pastor Henao. Una mujer sabia y entendida tiene tanto poder que es capaz de transcender en una generación. Las mujeres que están en crecimiento espiritual póngase como ejemplo a esta mujer que fue capaz de detener una guerra contra su familia.
ESTER
Dios puso a Esther a una posición muy alta del imperio Medo Persa, con un propósito, impedir la destrucción de su pueblo. Frente a esa situación, ella tomó valor para presentarse frente al rey, con el fin de evitar el exterminio de todo su pueblo, aunque eso le costara la vida. El articulo “La historia de Ester” del portal Devocionales Cristianos menciona, que Amán había decidido destruir no sólo a Mardoqueo sino a todo su pueblo, para lo cual, hizo que el Rey firmase un edicto irrevocable en contra de los judíos. Al enterarse ella, pudo alegar muchas cosas, ya era Reina, tenía una posición segura y poderosa. Nadie la podría tocar, ella podía haberse quedado callada mientras su pueblo sufría una gran persecución, sin embargo, decidió defender a su pueblo y elaboró un plan que puso en riesgo su vida, mandó que todos los judíos ayunasen, busco la fortaleza en Dios y Él le dio la victoria.
En uno de los peores momentos que enfrentaba el pueblo judío, Dios trajo la salvación a través de una mujer. En la estrategia de Ester, ella no se lanza a una solución de poder, ella se lanza a mostrar la verdad y luchar por ella. En estos ejemplos, se observa cómo estas mujeres combinan elementos básicos de un liderazgo. Ellas de manera natural se convirtieron en fuente de inspiración, que influenciaron a otros desde lo individual hasta lo colectivo.
Sus actos les permitió ser reconocidas. Estas mujeres no buscaron tal reconocimiento, ellas sencillamente empezaron hacer ajustes personales a sus vidas y con la ayuda de Dios fueron instrumento de cambio para aquellos que estaban a su alrededor. Su trabajo transformó la vida de los que le rodeaban.