En declaraciones a Revive, un portal cristiano, Kees dijo que desde la escuela primaria comenzó a vender drogas a sus compañeros, ganando mucho dinero. Incluso con solo 12 años, pensó que a Dios no le importaba su vida y decidió llamar al diablo para adquirir riquezas. La experiencia mística de él con demonios, le abrieron paso para construir una red de criminales y ganar mucho dinero.
“El pacto con el diablo me ayudó a salir adelante. Si me enojaba con alguien, había llamas en mis ojos; si discutía con alguien, literalmente solo tenía que golpearlo para derribarlo”, dijo Kees quien al mismo tiempo se encontraba completamente aislado de su familia y lleno de angustia. Viviendo una doble vida de mentiras y engaños, pues nadie sabía lo que hacía.
En agosto del 2017, Kees se casó con Gerline; ella fue quien lo guió hacia la fe de Jesús mediante una oración. De pronto, un suceso fuera de lo real ocurrió. Dios le empezó a mostrar el rostro de las personas que había asesinado. Atónito, Kees le rogó a Dios que lo matara para arder en el infierno y pagar por todo el mal ocasionado.Haciendo caso omiso, Su Creador le regaló otra visión: el jóven observó a Jesús colgado en la cruz, diciéndole: ‘Mira mis ojos y mis manos. Sangré por ti. ¡Tú eres mi hijo!
Fue entonces donde Kees comenzó a llorar por primera vez en doce años. Dos meses después de haber conocido a Jesús, el ahora cristiano tuvo un grave accidente automovilístico que casi lo mata. Durante las siguientes semanas, fue transferido a la sala UCI del hospital. Pero esa era la prueba de que el accidente solo era uno de los tantos intentos de Satanás para quitarle la vida.
La vida después del accidente no ha sido fácil, pero Kees conoce al Dios al que sirve. “Dios nos ha prometido que nada nos faltará. A veces parece que tenemos la olla de aceite de la viuda con Eliseo, pero no le faltó nada y fue bendecida”.