Según las informaciones que reseñan medios internacionales, los cuerpos de rescate están sacando muchas bolsas con cadáveres que quedaron atrapados bajo los escombros de los edificios que se derrumbaron; hasta ahora se han confirmado unos 268 muertos. El terremoto de 5,6 ocurrió en la provincia de Java Occidental.
Desde este lunes los rescatistas han trabajado sin descanso para encontrar a los desaparecidos, usando motosierras y excavadoras y así poder abrirse camino entre los árboles caídos y los escombros. Asimismo, hubo deslizamientos de tierras que bloquearon distintas áreas de una ciudad montañosa llamada Cianjur, la cual resultó muy afectada por el terremoto.
Las réplicas del primer movimiento llegaron a ser 117, las cuales dificultaron las tareas de rescate, por lo que hasta ahora solo se ha identificado que la cifra de 268 muertos siga creciendo conforme avance los trabajos de rescate, expresó el parte de la Agencia Nacional para la Gestión de Desastres de Indonesia; además hay unos 1.083 heridos y 151 desaparecidos.
El presidente de Indonesia, Joko Widodo, visitó a las víctimas del terremoto, las cuales permanecen en tiendas de campaña prometiendo la reconstrucción de las viviendas, ya que unas 22.000 propiedades fueron destruidas por el suceso; actualmente hay unas 50.000 personas sin hogar.
Muchas de las muertes fueron causadas por la caída de edificios. Distintos hospitales fueron improvisados en las calles de Cianjur, los cuales se abocaron a atender a los heridos, muchos de ellos acostados en el asfalto con intravenosas puestas mientras que suturaban las heridas de los otros, incluso bajo la escasa luz de velas al no tener electricidad.
“El desafío es que el área afectada está muy dispersa. Además de eso, las carreteras en estos lugares están dañadas y no es fácil acceder. La mayoría de las víctimas son niños porque a la 13:00 de la tarde todavía estaban en la escuela”, explicaba Henri Alfiandi, jefe de la Agencia Nacional de Búsqueda y Rescate.