Un panorama desolador y de mucha escasez es la que viven los ucranianos que regresaron en lo que en algún tiempo pudieron llamar hogar; la ayuda no cesa y muchos voluntarios viajan hasta la ciudad de Kerson para prestar ayuda. El reportaje de los enviados por CBN News explica que aun con esa realidad, nada los hace más felices que regresar a su pueblo.
“Hoy es el día más feliz de mi vida. Regresé a mi amado pueblo”, dijo una de las residentes del lugar llamada Elena Skalskya. Aun con personas fuera de la ciudad, muchas familias se han reencontrado con gran emoción después de no verse por varios meses; y aunque las minas puestas en las tierras es uno de los peligros que existe ahora, la gente igual está volviendo a casa.
Pero, la fe y la esperanza es lo único que no se fue de los corazones ucranianos, quienes reconocieron que Dios mostró misericordia e hizo milagros en muchos. “El Señor nos ayudó. Sólo él. Su mano estaba sobre nosotros. Él es misericordioso y estaba con nosotros en todo lugar. Vimos tantos milagros”, dijo un sobreviviente para CBN News.
El encontrarse con otros es una alegría inexplicable. Es hasta difícil expresar tanta felicidad. Hemos estado esperando esto durante tanto tiempo. Cada día se sentía como un año”, dijo María, otra sobreviviente. Fuimos de los primeros en esperar a que nuestras tropas entraran en la ciudad. No podíamos creer lo que estaba pasando. ¡Qué alegría!”, agregó.
La comida aún falta, no hay electricidad y tampoco agua, pero en medio de la escasez, muchos se reunieron en la plaza central de Kherson para dar gracias a Dios y orar por la restauración de su ciudad. “Ni siquiera puedo expresar lo que siento. Es una gran felicidad. Parecía una montaña que no se podía mover, pero fue movida por nuestro Dios”, concluyó Skalskya.