Difundir el evangelio es uno de los deberes más importantes del creyente en Jesucristo, quien fue su impulsor y máximo exponente; pues era el Verbo hecho carne (Juan 1:14). Antes de su muerte, resurrección y ascensión a la gloria, las Santas Escrituras revelan que designó primeramente a sus doce apóstoles (Lucas 9:1-6) y luego a 70 de sus seguidores (Lucas 10:1-12; 17-20).
A la hora de partir a sentarse a la diestra del Padre, y en presencia de un promedio de 500 personas en el monte de los olivos, el Señor comisionó lo siguiente: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”. (Marcos 16:15). Desde ese momento, este precepto se ha cumplido hasta nuestros días, incluso en lugares tan particulares como el transporte público.
Ministerio al volante
Siguiendo la doctrina divina, un grupo de creyentes de la República Oriental del Uruguay han conformado el Ministerio de Taxistas Cristianos de Montevideo; una organización que promueve a sus miembros, diversas estrategias para evangelizar a las personas que requieran de sus servicios de movilidad, y así puedan llegar a su destino con la palabra de Dios en el corazón.
La organización nació un 18 de mayo de 1992 y se reúne diariamente en el Parque de los Aliados de la capital, para buscar la guía del Señor y establecer técnicas para abordar a los pasajeros de la capital uruguaya.
Los métodos que utilizan, van desde un simple comentario sobre el clima, un problema en el trabajo o una enfermedad terminal. Todo se convierte en una excusa perfecta para entablar una conversación y así hablar del amor del Creador, como lo cuenta un taxista llamado Santiago: “hace un tiempo atrás se subió un muchacho ejecutivo, con miles de problemas que le habían sucedido. Exportaciones que no le habían salido, cheques que le habían fallado, etc. Y dice: ¡Hoy me quiero matar! Pero yo le digo: Dale gracias a Dios, que hoy pudiste levantarte y hacer todo eso que te falló. El lunes cuando te levantes y trabajes, vas a ver que las cosas te van a salir mejor y él me dijo: Te agradezco, porque esto fue lo mejor que me pasó en el día”.
Esta organización también ha establecido sus bases en el ámbito radial, con un espacio inicial de 15 minutos y que en la actualidad se ha extendido a 5 horas de programación semanal. Precisamente en una de las emisiones del programa, recibieron la llamada de un joven que había preparado todo para quitarse la vida. “Oramos, le entregamos su vida a Cristo, y hoy ese hombre es un siervo de Dios, un pastor de una congregación”, explica Juan Rotela, uno de sus integrantes.
Jamaica se bajó del coche
Más al norte, en la isla de Jamaica en las Antillas sucede lo contrario. La Compañía Estatal de Autobuses prohibió a todas las organizaciones cristianas, predicar en sus vehículos a los cansados viajeros. Esto, con la excusa de que muchos de sus clientes han reportado quejas, por sentirse acosados por los predicadores, que en ocasiones evangelizan en voz alta. Así lo señaló el director de la empresa de tránsito, Hardley Lewin.
Esta censura ha hecho que el prominente obispo evangélico Herro Blair expresara su incomodidad por la disposición de la empresa, hacia su negativa de que miles de pasajeros no escuchen las Buenas Nuevas al recorrer la isla. Sin embargo, también exhortó a los ministros laicos, por no haber formalizado una solicitud de permiso, lo cual repercutió en su prohibición.
Ante esta clara restricción de la Libertad de Expresión y de Culto en la isla jamaiquina, predicadores de diversas organizaciones cristianas han levantado la voz de protesta y han denunciado el hecho ante las autoridades pertinentes; alegando que se violan los derechos constitucionales del país al entorpecer este código.
Enseñanzas sobre un camello
Pero de la prohibición a la encarcelación o la muerte hay un solo paso, y eso se puede contemplar en un país árabe al otro extremo del planeta. Allí, un misionero cristiano llamado Alim, utiliza otra de las modalidades del evangelismo sobre ruedas, o mejor dicho sobre las patas de un camello.
“Si puedo viajar a través del desierto, puedo compartir de Cristo con las personas que nunca han oído hablar de él. Sería difícil sobrevivir un viaje a pie o en un vehículo. Pero con un camello, puedo hacer el viaje”, explicó Alim a la agencia misionera, La Voz de los Mártires.
Como es sabido, este tipo de mamíferos están adaptados a la geografía desértica de las regiones del medio oriente. Su recorrido pausado pero seguro, los convierte en el más efectivo medio de transporte en estos territorios, donde los vehículos motorizados les es imposible llegar.
La Voz de los Mártires, también reveló que en Colombia los caballos cumplen un papel fundamental, porque son capaces de moverse a gran altitud y llegar a los pueblos más remotos en la cima de las montañas. Pero si se tratare de relieves planos, una bicicleta puede ser el más sencillo medio de transporte; como los usados por los pastores del Asia y la India, quienes las equipan con un sistema de sonido que les permite compartir no sólo la Biblia, sino llamar la atención de la población con mensajes y alabanzas.
Por otro lado, el fundador de esta organización que apoya la causa declaró: “Los misioneros están dispuestos a dar su vida, pero su voluntad sirve de poco si no tienen las herramientas adecuadas para trabajar”. Estas afirmaciones las hizo en medio de una campaña, que busca recaudar fondos para financiar la compra de vehículos adaptados a las necesidades de cada lugar.
Entretanto, en otros países la divulgación de la fe sea motivo para privar la libertad o condenar a muerte a los que participan de ella; los cristianos encuentran las formas más singulares de realizarlo. Un taxi, un microbús repleto de personas, un cuadrúpedo del desierto o una sencilla bicicleta, han dejado de ser simples medios de transporte para convertirse en un pulpito andante y un medio para trasladar al pasajero a un viaje inesperado: Un encuentro personal con Jesús; como lo sucedido con Felipe y el etíope (Hechos 26-40).
