“Probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré… Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña. Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único. Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.”Génesis 22:1-18.
Abraham, un hombre a que Dios llamó en medio del paganismo donde él mismo vivía, pero que Dios vio en Abraham no exactamente lo que era Abraham, sino todo lo que podía Abraham llegar a ser dependiendo y confiando en Dios.
Cuando Dios nos llama a nosotros no es por lo que somos, es más bien, Dios pensando en lo que Él pueda hacer con nosotros. Yo diría siempre: nos llama a pesar de lo que somos. Dios nos toma en su divina mano, como dice en el libro del profeta Jeremías: como el alfarero, nos toma y nos da forma.Y así tomó a este gran hombre Abraham que luego Dios mismo le llamó: mi amigo.
Y nos dicecomenzando el versículo que Dios probó a Abraham. Y la manera como Dios sometió a prueba a Abraham fue pidiéndole a su hijo.
“Probó Dios llamó a Abraham, y le dijo: Abraham.Yél respondió: Heme aquí. Dios le dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montesque yo te diré”(vv. 1, 2).Y parecía una cosa rara, extraña, que Dios le dijera Abraham que le iba a dar un hijo, y que ese Isaacera el hijo de la promesa, que las promesas que Dios había hecho a Abraham pasaban a Isaac, y que la descendencia de Abraham (Dios le había dicho a Abraham que) serían como las estrellas del cieloque no se pueden contar como la arena del mar, y ahora Dios le pide al único hijo.¿Y cómo es posible?
Tal vez mucho de nosotros hubiésemos cuestionado a Dios,y hubiésemos protestado a Dios. “Señor, pero cómo es posible, que tú me dijiste que me ibas a dar descendencia numerosa, y ahora me pides que sacrifique, que mate al único hijo que me has dado.” Pero Abraham no hizo esto, Abraham dijo: “Heme aquí.”
“Y Abraham se levantó muy de mañana”, madrugó a obedecer a Jehová. Que Dios nos ayude a madrugar para obedecer a Dios. Pero Abraham madrugó para obedecer, “y enalbardó(preparó)su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; ycortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo” (v. 3).
Y“al tercer día”. Al tercer día de camino, tres días de camino, que eran tres días de dolor de padre, porque Abraham no dejó de ser padre, Abraham no dejó de ser humano, Abraham no dejó de tener sentimientos, Abraham no dejó de amar a Isaac; y tres días cuando su corazón adolorido, pero gozoso por obedecer a Jehová.“Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos. Entonces dijo Abraham a sus siervos:Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos,y volveremos a vosotros”(vv. 4, 5).Abraham no habla nada más que palabras de fe.
Abraham no les dijo: “vengan conmigo porque ustedes me ayuden porque esto es una cosa terrible esto que Dios me ha pedido.” Y hay gente en las iglesiasque dicen:“la vida cristiana es una cosa terrible, la vida cristiana es dura, usted sabe lo que es uno no ir a tal sitio, usted sabe lo que uno tiene que privarse de tantas cosas, la vida cristiana es una cosa terrible.” Pero Abraham le dijo quédense aquí el muchacho y yo vamos a ir a aquella loma que está allí, y vamos a adorar y de ahí regresamos. No era que Abraham estaba mintiendoo estaba ocultando, era que la fe se le salía a Abraham.
Cuando uno cree las promesas de Dios, cuando uno cree la Palabra de Dios, la fe se le sale a uno, la Palabra de Dios se le sale a uno. Cuando uno está trabajando en la Obra de Dios y encuentra escollos, y encuentra dificultades, y encuentra problemas, y encuentra toda clase de ataques del diablo; uno no está corriendo, ni huyendo, ni lamentándose, ni murmurando, ¡no! el hombre y la mujer de fe dice: “bueno, hay dificultades, hay problemas, pero vamos adelante, vamos adelante, vencer, vencer, vamos a vencer, vamos a triunfar.”
“Y tomó Abraham la leña del holocausto(que la llevaba el burro, se la quitaron al mulo),y la pusosobre Isaac su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos” (v. 6).
Si muchísimos de nosotros hubiésemos estado mirando de esa otra lomita, hubiéramos dicho: “mira para allá qué clase de padre es ese, y que lequita la leña del burro y se la pone al muchacho, esto es terrible; qué clase de hombre es, esto es difícil, esto es duro. Pero qué duro es la Obra, y que difícil el trabajo, esto es difícil.” Y hay gente que se le va el año ponderando lo difícil que es la Obra, y el diablo le dice:“verdad mi hijito yo te lo dije, yo se lo advertí que esto es difícil.”Y el obrero dice:“esto es verdad, y yo voy al hermano Ortiz y le voy a entregar la Iglesia.”
No hay que decir que no es difícil, es difícil, pero cuando el Getsemaní es difícil hay ángeles que están allí confortando a uno. No hay que decir que no es difícil, si es difícil, pero cuando vamos subiendo la loma del calvario, Jehová está mirando para confortarnos.
Abraham e Isaac iban caminando,iban en silencio, Abraham e Isaac iban meditando.“Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío.Y Abraham respondió:Heme aquí, mi hijo. Isaac le dijo: He aquí el fuego y la leña;mas¿dónde está el cordero para el holocausto?” (v. 7). Abraham con la serenidad con que hablan los hombres de fe y de obediencia a Dios, sin esto querer decir que su corazón no estaba adolorido pero si con una decisión firme de obedecer a Dios, porque a nosotros nos es fácil obedecer a Dios en algunas cosas, cuando el diezmo son 50 centavos pagamos el diezmo, pero cuando el diezmo son 500 pesos, eso nos parece mucho.
“Y respondió Abraham: Dios se proveeráde cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos”(v. 8).Lo que hay que hacer es lo que Dios dice. Toda la gente que hace lo que Dios manda, aunque tenga que sufrir lo más hondo de su espíritu, de su alma y de su cuerpo tendrá la bendición o el beneplácito del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
“Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho,edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña(la puso sobre el altar), y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña”(v. 9). Allí está la leña, encima del altar, entonces agarró la soga, y se acercó a su hijo, Isaac miraba a su padre, y Abraham ataba a Isaac. Cuando lo hubo atado pies y manos tomó en peso, lo colocó en el altar. Isaac no dijo papá que es lo que usted va a hacer.
“Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo” (v. 10). Abraham tomó el cuchillo,Isaac miraba todos los movimientos del padre en silencio. Y Abraham con su corazón adolorido le daba las últimas asentadas al cuchillo para descargarlo sobre el cuello de su único hijo, el hijo de las promesas. Y cuando ya probó el filo del cuchillo, que ya estaba bien asentado se acercó al altar, miró por última vez en ese momento a su hijo, levantó el cuchillo, y cuando iba a descargar el golpe, del cielo se oyó una voz que dijo: “Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único”(vv. 11, 12).
Cuando Abraham bajo la mano miró atrás y allí Dios le había traído un carnero, agarró el carnero lo degolló y lo ofreció en holocausto a Jehová (v. 13). Eso es sacrificado. Si nosotros no estamos haciendo esto, no nos estamos sacrificando. Para gloria y alabanza de Aquel que nos llamó y se ofrendó a sí mismo en la cruz del calvario, para lavarnos con su sangre de nuestros pecados.
