Instrumento de viento, uno de los más antiguos conocidos por el hombre, que se hacía vaciando los cuernos de algunos animales. Los hebreos lo fabricaban especialmente de cuernos de carneros, cabras, antílopes y gacelas, prefiriendo los que fueran más curvos.
Se soplaba por el extremo más estrecho para producir el sonido. Se utilizaba para convocar a la gente a reuniones, así como para dar señales en la guerra. También para ceremonias religiosas. Es traducción de la palabra hebrea shofar, que aparece por primera vez en Éx. 19:13, donde se le utiliza para dar la señal al pueblo para que se allegaran al monte Sinaí en el momento de recibir la ley. Las murallas de Jericó cayeron al toque de las bocinas o sofar. El sofar es todavía hoy utilizado en las grandes celebraciones judías.