Rev. Luis M. Ortiz
Es un libro que su título mismo “Apocalipsis”, significa: revelar o revelación, descubrir. Es un libro que descubre, que revela, que quita el velo de lo desconocido, y muestra los acontecimientos del fin.
Después que el profeta Daniel recibió las grandes revelaciones de los tiempos del fin contenidas en su libro, le fue dicho al profeta: “Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin” (Daniel 12:4).
Muchos siglos después, ya que se habían cumplido muchas de las profecías dadas por Daniel, Dios le repitió al apóstol Juan en la isla de Patmos, las profecías aún sin cumplir dadas por Daniel, y también le mostró muchas otras profecías para cumplirse, todas en los díasdel fin. Pero contrario a lo que le fue dicho a Daniel, al apóstol Juan le fue dicho: “No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca” (Apocalipsis 22:10).
Hay creyentes que no leen el libro de Apocalipsis pensando que es un libro incomprensible, difícil, misterioso. Pero el libro de Apocalipsis es un libro abierto. Este es un libro para ser leído, estudiado y comprendido, especialmente por el pueblo de Dios.
Es un libro que su título mismo “Apocalipsis”, significa: revelar o revelación, descubrir. Es un libro que descubre, que revela, que quita el velo de lo desconocido, y muestra los acontecimientos del fin. Dice el Señor que este libro es “para manifestar… las cosas que deben suceder pronto” (Apocalipsis 1:1).
Hay una bendición especial para los que leen este libro: “Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca” (Apocalipsis 1:3).
Examinemos aunque sea ligeramente el contenido de este tan importante libro, que ciertamente es “una antorcha que alumbra en lugar oscuro”(2 Pedro 1:19).
Amigo, si no estás preparado, ahora es el momento. Arrepiéntase de sus pecados y acepte a Jesucristo como su gran Salvador.
Hermano, si estás dormido espiritualmente, despiértate que ya pronto viene el Señor. Amén.
