Lisa Smiley quedó embarazada a los 23 años, y durante sus 20 semanas de ultrasonido, descubrió que su bebé tenía síndrome del corazón izquierdo hipoplásico. Los médicos insistieron que abortara, afirmando que su nacimiento solo traería dolor y sufrimiento; sin embargo ellos se negaron.
Cuando nació Ezequiel “Zeke”, fue trasladado de urgencia a la unidad de cuidados intensivos neonatales y a terapia intensiva. Fue sometido a cirugía cardíaca con una semana de edad y pasó la mayor parte de su primer año de vida en el respirador. Zeke también luchaba con el reflujo ácido y tenía un intestino en rotación patológica.
“Las probabilidades de los médicos estaban en contra de su supervivencia, sin embargo, por la gracia de Dios, Zeke de alguna manera había resistido a todas las cirugías, las complicaciones y contratiempos,” Smiley pronunció. “Golpeó todos los hitos de la infancia a pesar de estos obstáculos. Él es un niño milagro que ha demostrado a los médicos que estaban equivocados una y otra vez”.
El año pasado, Zeke sufrió un paro cardíaco repentino, y nuevamente se encontraron luchando por su vida. El niño quedò en un estado vegetativo y los médicos sugirieron aplicar la eutanasia. “Una vez más, tendríamos que vivir nuestras convicciones pro-vida y confiar en Dios”, dijo. La pareja llevó a su hijo a casa y una vez más lograron superar las dificultades.
“Ahora con una terapia diaria intensa durante el último año y medio, junto con la oración vital y estímulo, Zeke milagrosamente se ha sanando,” Smiley esbozó. “Él está aprendiendo a comer, caminar y hablar de nuevo.” Motivada por el milagro, se ha vuelto una defensora de la vida, “Me he vuelto más apasionada al hablar por los niños que se consideran imperfectos, por la sociedad que intenta apagar sus vidas antes de que incluso hayan tenido la oportunidad de nacer.”
Fuente: christiannews.net