Secretos de la vid

El libro del autor cristiano Bruce Wilkinson consigna las razones por las cuales Jesús es la fuente de la vida. Su análisis del libro de Juan 15 evidencia, además, cómo Dios actúa en la existencia de los creyentes.

En las próximas páginas lo invito a un encuentro, tal vez el primero, con las palabras de Jesús en Juan 15: el corazón de su mensaje final a sus discípulos la misma noche en que fue traicionado. Antes de que atardeciera el día siguiente, Jesús estaría extendido sobre una cruz, desnudo y con el cuerpo traspasado, mientras se le iba la vida. Él sabía que las palabras que dijera aquella noche harían eco en la memoria de sus amigos durante años. Con el tiempo, la verdad de su “conversión en el lecho de muerte” los llevaría a una manera totalmente nueva de pensar. Estas palabras finales son tan poco comprendidas hoy.

Escrito con el objetivo de mostrar cómo obra Dios en la vida de los cristianos, el libro Secretos de la vid canaliza la abundancia que Jesucristo desea para sus seguidores. Creado por el teólogo estadounidense Bruce Wilkinson, este material devela, por intermedio de la exploración del pasaje bíblico Juan 15, los valores genuinos que el Señor pretende que estén presentes en la existencia de cada uno de los que decidieron entregarle su alma y corazón. Además, referencia a las Sagradas Escrituras.

Jesús no nos ha guiado hasta este círculo alumbrado por antorchas solo para convertir nuestros sueños en realidad. Nuestros sueños siempre son demasiado pequeños. Estamos aquí para convertir en realidad el sueño de Dios: que le demos gloria por medio de una vida extraordinariamente abundante. Así es como hallamos nuestra mayor realización personal, ahora y por toda la eternidad. Tal vez le parezca que algo tan decisivo dentro del plan de Dios debería ocurrir de manera automática en su vida. Nada podría estar más lejos de la verdad. Para que la viña produzca, los pámpanos tienen que responder a las atenciones del labrador.

La disciplina

El doctor Wilkinson, autor de otros éxitos editoriales evangélicos como La oración de Jabes, publicó Secretos de la vid en 2001 con el apoyo de la editorial Multnomah Publishers. En la introducción de su obra, el escritor evangélico apuntó: “Lo invito a leer este librito con el corazón abierto y una gran esperanza. La abundancia es exactamente aquello para lo que nacimos usted y yo. No en balde la anhelamos tan profundamente. Le sorprenderá descubrir lo mucho que Dios quiere la abundancia para usted”.

La disciplina es lo que sucede cuando nuestro amoroso Padre entra en acción para levantarnos y apartarnos de nuestras propias empresas destructoras y estériles. “Como castiga el hombre a su hija, así Jehová tu Dios te castiga” (Deuteronomio 8:5). Por supuesto, todos somos criaturas caídas. Pecamos de vez en cuando. Pero normalmente, la disciplina de Dios comienza debido a que hay un problema serio de pecado; una forma de conducta o una actitud a la que no nos hemos enfrentado, y que nos está arruinando la vida. Termina cuando termina el problema. ¿Le gusta al niño la disciplina? No. ¿Le gusta al padre disciplinar al hijo? No.

Dividido en nueve capítulos, el manual del pastor Wilkinson, fundador de la organización cristiana Caminata Bíblica, una corporación internacional dedicada a proporcionar lo mejor en enseñanzas, instrumentos y adiestramiento bíblicos, profundiza en el concepto que señala a Jesús como la vid verdadera. En ese sentido, en sus páginas se encuentra material inspirador acerca de la historia narrada por el profeta Juan sobre el mensaje que pronunció el Hijo de Dios la noche en que fue traicionado.

El arrepentimiento consiste en alejarnos del pecado que nos hace sentir mal, para entrar a la abundancia que Dios nos ha prometido. Un día, cuando usted vuelva la vista a su antigua obstinación de permanecer en el polvo, se preguntará cómo se pudo resistir a la bondad de su Padre por tanto tiempo, y a un precio tan alto. Hay beneficios inmediatos cuando se responde de manera positiva a la disciplina de Dios. Cuando le permitimos a esa disciplina que nos adiestre, no solo escapamos a nuestro pecado, sino que también crecemos en madurez. Hebreos habla de que les da “fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados”.

Nuevo fruto

Apoyado en la Biblia, Wilkinson revela en su obra tres secretos de la vid. En primera instancia, en el capítulo tres, el siervo de Jesucristo afirma: “Si su vida se vuelve constantemente estéril, Dios va a intervenir para disciplinarlo”. Luego, en el quinto capítulo, destaca: “Si su vida ya produce algún fruto, Dios va a intervenir para podarlo”. Por último, en el sétimo capítulo, refiere: “Si su vida ya produce mucho fruto, Dios lo va a invitar a permanecer con él a un nivel más profundo”.

En la viña, el podador experto aplica sus habilidades de cuatro formas concretas: quita todo lo que esté muerto o moribundo; se asegura de que la luz del sol alcance a todos los pámpanos que dan fruto; trabaja para aumentar el tamaño y la calidad del fruto, y anima al desarrollo de nuevo fruto. Nuestro Padre el Labrador se guía por unos principios similares. Para abrirle espacio al tipo de abundancia para el que nos creó, primero debe cortar aquellas partes de nuestra vida que nos roban un tiempo y una energía valiosos. Su plan de poda no deja nada al azar; Él obra en cada vida de una manera exclusiva.

Expositor permanente de la Palabra de Jesucristo, el escritor estadounidense ofrece en Secretos de la vid una particular visión de la forma en que el Creador usa el arrepentimiento, la disciplina y la poda espiritual para producir crecimiento en la vida de los cristianos. En su libro describe detalladamente cómo Dios se ocupa de llevar a sus seguidores por el camino del crecimiento. En ese sentido, el escritor utiliza ejemplos de su propia vida y de otros para ilustrar sus explicaciones.

Las pruebas de la fe no tienen nada que ver con el estado de su salvación; eso ya está resuelto. Tampoco se hallan estas pruebas al nivel del “¿por qué Dios no me ayuda a encontrar las llaves de mi auto?”. Las pruebas de la fe son diversas pruebas y dificultades que nos invitan a rendirle a Dios algo de gran valor, aun cuando tengamos todo el derecho a no hacerlo. Usted siente que las circunstancias lo atacan y lo llevan al máximo de su resistencia, pero no se siente alejado de Dios; probado por Él, pero no juzgado ni culpable. Un salmista describió esta experiencia de purificación y sus incalculables consecuencias: Salmo 66: 10-12.

Bruce Wilkinson, quien llegó al mundo en 1940 en un hogar evangélico, es un célebre predicador que ha propagado el Evangelio por intermedio de más de sesenta libros, entre ellos Secretos de la vid, que han sido traducidos a alrededor de treinta idiomas. Reconocido por su amor a Dios y su rigurosidad bíblica, también ha servido al Señor como editor ejecutivo de diez revistas cristianas de gran tiraje. Además, es un creyente que suele trabajar con huérfanos, con los que comparte las buenas nuevas de Jesucristo.

Le recomiendo que mantenga un diario espiritual; no un diario sobre sus actividades, ni un intento literario, sino un registro vivo de su caminar personal con Dios. Comparta con Él sus desilusiones, celebraciones y confusiones. Pídale sabiduría y deje en la página su petición hasta que reciba dirección de parte de Él. Sígales el rastro a sus respuestas. Creo que los hombres, en particular, necesitamos un instrumento como este tipo de diario para llevar una sensación de realidad a nuestra relación con ese Dios invisible. Recuerde que estas sencillas prácticas reciben el nombre de disciplinas, porque exigen esfuerzo.

Ampliado:

El arrepentimiento consiste en alejarnos del pecado que nos hace sentir mal, para entrar a la abundancia que Dios nos ha prometido. Un día, cuando usted vuelva la vista a su antigua obstinación de permanecer en el polvo, se preguntará cómo se pudo resistir a la bondad de su Padre por tanto tiempo, y a un precio tan alto.