Devocionales
06 de Septiembre del 2019
¿CUÁL ES LA MEJOR PROFESIÓN?
“¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios reina!” Isaías 52:7
Por Rev. Luis M. Ortiz
El ministerio cristiano es la ocupación más noble y digna debajo del sol. El verdadero hombre de Dios es un “Instrumento Escogido” en las manos de Dios, y es la persona más necesaria en la comunidad.
Hay instrumentos de Dios más necesarios:
Que el COMERCIANTE: que compra y vende, porque el hombre de Dios compra la verdad y no la vende (Pr. 23:23).
Que el ELECTRICISTA: porque éste conecta los cables para el servicio eléctrico, pero el hombre de Dios conecta al creyente con Dios.
Que el INGENIERO: porque éste diseña y construye puentes, pero el hombre de Dios señala el camino y el puente de la fe hacia Cristo.
Que el ABOGADO: porque este defiende causas justas e injustas, pero el hombre de Dios defiende la causa más justa, la expiación del alma.
Que el JUEZ: porque este juzga en cuestiones temporales de la ley humana, pero el hombre de Dios juzga en cuestiones eternas, espirituales, y de la ley divina.
Que el MÉDICO: porque este diagnostica y receta enfermedades físicas, pero el hombre de Dios se especializa en el alma y el espíritu.
Que el BANQUERO: porque el capital de éste es material y transitorio; pero las riquezas del hombre de Dios son eternas.
Que el PERIODISTA: porque este propaga anuncios y noticias buenas y malas, pero el hombre de Dios propaga las buenas nuevas de salvación en Cristo Jesús.
Que el CATEDRÁTICO: porque éste enseña materia y conceptos de ciencia que en pocos años ya resultan obsoletos, pero el hombre de Dios enseña el mensaje de Dios que permanece para siempre.
Que el AGRICULTOR: porque siembra y cultiva la semilla para el sustento de la vida humana, pero el hombre de Dios siembra y cultiva la simiente de la Palabra de Dios que sustenta la vida espiritual y eterna.
Que el POLÍTICO: porque éste procura mejorar las condiciones de la patria terrenal, pero el hombre de Dios promueve la transformación del individuo para ser mejor ciudadano aquí y en la patria terrenal.
La humanidad ha podido, y puede subsistir sin la desintegración del átomo, sin astronautas, sin cohetes, naves espaciales y satélites, sin rayos láser, sin computadoras y sin ingeniería genética; pero de no haber habido un hombre de Dios, la humanidad hubiera ya fenecido. Servir a Dios, amarle, obedecerle y servirle, es la más grande y poderosa profesión.
El gran predicador Spurgeon dijo un día a sus estudiantes: “Si Dios los llama a predicar el Evangelio, no se rebajen a ser reyes de Inglaterra”. Jesús dijo a sus discípulos: “A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies” (Mt. 9:37-38). Y el apóstol Pablo dijo: “Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea” (1 Ti. 3:2). “Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!” (Ro. 10:15).
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