Mama Julita ha recuperado la sonrisa después de largos días de dolor. Ahora puede gritar al mundo que a sus 92 años ha vencido a la muerte, ha derrotado a la temible COVID-19 cuando todos los pronósticos médicos y su propia condición física predecían lo contrario. Sus catorce hijos, cuarenta nietos, quince bisnietos y tres tataranietos aún no lo pueden creer.
Hace pocos días estaba en su lecho de enferma respirando apenas; ahora puede caminar a paso lento, apoyándose en un palo que se ha convertido en su soporte diario; aunque le han comprado un bastón ortopédico, ella prefiere su vara de madera con el que se siente “más segura”.
– Todavía no es mi tiempo. Dios lo ha dispuesto así- dice.
La historia de Mama Julita es la historia de un milagro. Es sabido que un enorme porcentaje de personas de la tercera edad que adquieren la COVID-19 corren enorme riesgo. Muchos de ellos enferman de gravedad, tienen que usar oxígeno para ayudarse a respirar y algunos, incluso, pasan a la Unidad de Cuidados Intensivos donde se someten a un respirador mecánico y algunos mueren.
Lee la nota completa en https://url2.cl/NzYPk