Historias de Vida
01 de Octubre del 2020
DHANKUMAR, EL HIJO DE SANTERO
Se resistía a dejar la idolatría que le habían enseñado desde muy niño, hasta que una enfermedad dolorosa le hizo encontrar el verdadero camino. Ahora, muchos años después, predica la enseñanza de Cristo y trata de difundir la Palabra en el mundo.
Desde pequeño Dhankumar Busjit convivió en un ambiente de santería y rituales hindúes. No había días en que su casa se llenara de vecinos y visitantes que esperaban ser atendido por Rubén, su padre, un afama - do santero que decía hacer milagros y sanidades, lo cual le había dado una cierta fama en la ciudad Corriverton, en la Guyana.
Al igual que sus hermanos, Dhankumar admiraba a su padre y esperaba ser igual o mejor que él en la santería. Quería aprender todo lo relacionada a los ritos y sentía que su progenitor lo aceptaba con agrado como ayudante aplicado en sus malas artes.
Todos los días, desde muy temprano, comenzaba a adorar al Sol, se paraba en el centro del patio de su casa y agarraba una vasija especial, llenaba agua, agregaba tintura y un poco de arena para luego combinarlo; alzaba el frasco hacia el sol y comenzaba el ritual de adoración.
Al terminar su culto de idolatría, entraba a una habitación de la esquina de su casa que estaba acondicionada para la santería y empezaba a asear el lugar, cambiaba las velas a las decenas de ídolos que adornaban el ambiente y colocaba flores en el piso para los rituales espirituales.
Como aspirante a santero, era educado y tratado con mucho esmero. A sus cortos siete años, ya era un conocedor del mundo espiritual. Por eso, le permitían observar el modo en que los demonios poseían a su padre para, supuestamente, curar a la gente.
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