Historias de Vida
05 de Marzo del 2021
EL HOMBRE QUE DERROTÓ A LA DESESPERANZA
El sueño de convertirse en un gran futbolista se vio truncado cuando solo tenía doce años. Entonces, le perdió el sentido a la vida y se dedicó a recorrer la Argentina, casi como un vagabundo sin rumbo fijo. Hasta que una noche, de forma casual, encontró su camino.
Roberto Barrionuevo Cabrera quiso ser un gran futbolista, tenía el talento innato para manejar el balón a su antojo y driblear a todos los adversarios que se cruzaran en su camino al gol. Su habilidad le permitió ser elegido número 1 entre 200 aspirantes para pertenecer al club Gimnasia y Esgrima de la Plata, en Argentina.
Pasó por tres filtros selectivos y siempre fue el más resaltante; cuando solo faltaba la última fase para ingresar al equipo de fútbol menores del famoso club, el hermano que lo acompañaba no quiso llevarlo más; él le imploró porque era el sueño de su vida, pero la decisión ya estaba tomada, ambos tenían que retornar a Buenos Aires donde vivían.
“Todos los hermanos hicimos nuestro camino solos, sin necesidad de ayuda. Tú has lo mismo”, le dijeron al adolescente como única explicación.
Los otros seis hermanos de Roberto habían nacido en el pueblo de Formosa, al noroeste de la ciudad de Buenos Aires; sus padres, Pedro Barrionuevo y Juana Cabrera, al ver el poco futuro en el pequeño poblado, enviaron a todos a la gran capital argentina en busca de un porvenir mejor.
Ni bien terminaban los estudios primarios salían de la casa familiar a probar suerte con rumbo a Buenos Aires. Los mayores pasaron penurias en una ciudad que no conocían, pero, de a pocos, emprendieron el camino de bien y encontraron la prosperidad.
Roberto era el último de la familia. Tenía que recorrer el mismo sendero, comenzar desde abajo y crecer profesionalmente, pero en su corazón tenía otro deseo: ser futbolista, algo que por negativa de su hermano, no pudo cumplir.
Desde ese momento, su corazón se endureció terriblemente, no quiso estudiar. Fue dejado a la suerte en la ciudad de La Plata; y fue así que con tan solo 12 años se olvidó de su pasión por el fútbol y su vida se hundió en la desesperanza.
Lee el testimonio completo en https://cutt.ly/RzrtQ3K
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