Historias de Vida
04 de Octubre del 2021
DEL SUFRIMIENTO A LA FELICIDAD
Después de vivir una niñez llena de abusos, maltratos y de muchos sufrimientos, alejada de su madre, abandonada por su padre, Catalina Castellano Garay encontró en Dios la felicidad que tanto anhelaba su alma.
El infortunio llegó a la vida de Catalina desde su nacimiento en el año 1982 en la ciudad de Danlí, ubicado en el departamento del Paraíso, Honduras. Su madre la tuvo a la edad de 14 años y su padre tenía solo 17 años; ambos se unieron para formar una familia que solo duró tres años. Lamentablemente la pareja se separó y su madre tuvo otro compromiso. Cuando su padre de enteró, la raptó y la llevó a vivir con sus bisabuelos y una tía.
Es ahí donde empezó el sufrimiento y los maltratos para ella. El padre la dejó abandonada porque tenía que trabajar y empezó a beber constantemente. Catalina fue infestada de piojos y su tía la rapó completamente, no la alimentaban, la golpeaban; ella se bañaba sola en un río sin mayor cuidado y como producto de ese descuido le dio ataques de asma. La tristeza inundó su vida. La mamá quería verla, pero el papá lo impedía.
Cuando alguien visitaba la casa donde vivía la niña, la ocultaban y mandaban al monte. Nunca le celebraron sus cumpleaños, su padre jamás se acordaba de ese día especial y con el tiempo ella no pudo recordar la fecha exacta en que había nacido. Cuando ella cumplió los 6 años, su padre tuvo un nuevo compromiso sentimental y se fue de ese lugar dejándola completamente sola. La situación se agravó más; los maltratos de parte de su tía y la bisabuela aumentaron; la enviaban descalza a la escuela, sin uniforme, ni útiles escolares y los niños se burlaban de ella.
Todo ese tiempo pudo estudiar gracias a la ayuda de su profesor que le regalaba sus materiales de estudio. El poco afecto que pudo encontrar en la casa donde vivía eran de parte de su bisabuelo, pero lamentablemente él falleció cuando ella tenía 9 años. Unos meses después falleció también su bisabuela; al verse desprotegida su papá la recogió y la llevó a vivir a su nuevo hogar, con su esposa. Continúa leyendo en https://issuu.com/impactoevangelistico.net/docs/813_web
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