ALFREDO COLOM M. (1904-1971)
Prolífero autor de himnos y poemas, Alfredo Colom nació en Quezaltenango, Guatemala, en 1904. Llegó a ocupar un cargo de servicio público, pero el vicio del licor arruinó su vida. Iba camino a suicidarse cuando un creyente indígena le regaló un Nuevo Testamento y se convirtió a Cristo en 1922. 20 años más tarde se entregó al servicio del Señor y empezó el ministerio de música y evangelización que le llevó a todo el continente.
Trabajó varios años con la Radio HCJB y compuso algunos de los himnos latinoamericanos más amados, entre ellos “Por la mañana”, “Gloria a tu nombre”, “Jesús es la roca”, “De tu cántaro dame”, “Pies divinos”, “La visión de la cruz”, “Manos cariñosas”, “Ven a los pies de Jesús”, “Canten con alegría”, “Los que esperan en Jehová”, “Yo no quiero pecar”, “Los que con lágrimas”, “¿Has oído Señor?”, “A la victoria Jesús nos llama”, “Proclamad juventud redimida” y “América será para Cristo”.
Narró la creación del himno “Por la mañana yo dirijo mi alabanza” de la siguiente forma: “Una mañana al despertar, mirando el maravilloso espectáculo de la salida del sol por la Avenida Bolívar en la ciudad capital de Guatemala, no pude menos que prorrumpir en alabanzas a Dios por todos sus beneficios. Así me fue inspirada la primera parte del himno. En otra ocasión, mientras me deleitaba en la caída de la tarde, noté que mientras el sol se iba perdiendo en el ocaso, las tinieblas estaban llenando el firmamento. Y dije: Sí, el sol se está ocultando, pero mi amado Redentor continúa llenando mi corazón con su grata presencia. Y en el acto mismo, me vino la inspiración de la segunda estrofa del himno.”
FANNY J. CROSBY (1820-1915)
La abuela mecía a su pequeña nieta, prometiéndole ser sus “ojos”. La recién nacida había quedado ciega como resultado de una receta médica equivocada. En el regazo de su abuelita, Fanny aprendió de memoria muchos libros de la Biblia. Le entregó su vida a Cristo a los 31 años. Después, con todo el conocimiento bíblico que tenía, escribió unos 9.000 himnos. Siempre oraba al Señor pidiéndole su dirección antes de escribir cualquier himno, pero un día no encontraba las palabras para cierta composición musical que le habían asignado. De repente se acordó que no había orado y se arrodilló para encomendarle el asunto a Dios. El resultado feliz de la oración fue que Fanny pudo dictarle a su secretaria todas las estrofas del himno “Lejos de mi Padre Dios”.
En cierta ocasión, alguien quiso consolarla por la tragedia de ser ciega. Ella respondió que no se lamentaba, pues al llegar al cielo el primer rostro que vería sería el de su Salvador. Compuso la letra de los himnos: “Santo, Santo, grande eterno Dios”, “Alabad al gran Rey”, “Dime la historia de Cristo”, “Con voz benigna te llama Jesús”, “Comprado con sangre por Cristo”, “Un gran Salvador es Jesús”, “En Jesucristo mártir de paz”, “Cristo es guía de mi vida”, “Dejo el mundo y sigo a Cristo”, “No te de temor hablar por Cristo”, “Avívanos Señor” y “Yo podré reconocerle” entre otros.
RAÚL ECHEVERRÍA M.(1905-1981)
El pastor y educador guatemalteco Raúl Echeverría se gozaba al ver el adelanto de su nueva iglesia. Dios les había permitido muchos triunfos, incluyendo el haber ganado un concurso internacional de asistencia a la escuela dominical. A fin de expresar su gratitud al Señor, Raúl compuso varios poemas e himnos para usarse en las ocasiones especiales de su iglesia, entre ellos “Un año más” y “Mi iglesia querida”. Su pluma ágil también produjo numerosos tratados y varios libros.
FRITZ ” FEDERICO” FLIEDNER (1845–1901)
Federico usó muchos medios para compartir el amor del Señor. Uno de los primeros misioneros evangélicos de Alemania. Llegó a Madrid en 1870 y trabajó incansablemente entre las iglesias. Fue director de un orfanato y un instituto bíblico, y fundó diez escuelas primarias. Trató de unir las nuevas congregaciones del país y logró que muchas se afiliaran como la iglesia Evangélica Española.
También dirigió una casa editorial que publica libros, tratados e himnarios, y fundó dos revistas. Tradujo varios himnos entre ellos “Alma bendice”, “De boca y corazón”, “Oh santísimo” y “Oíd un son en alta esfera” y “Noche de Paz”. A pesar de sus múltiples actividades no descuidó a la familia, y sus tres hijos continuaron su obra.
LEANDRO GARZA MORA (1854-1938)
Experiencias amargas marcó la niñez y juventud de Leandro Garza. Tenía solo cinco años cuando su padre falleció, obligando a su madre a sostener la familia. Pasaron por penurias y problemas. Cuando al fin ella volvió a casarse, el joven Leandro se disgustó. Se fue de la casa y cayó en malas costumbres. Con el tiempo regresó y la familia entabló amistad con unos misioneros evangélicos. Recibieron el mensaje de salvación y Garza ayudó a establecer una iglesia en su pueblo, Matamoros, México. Llegó a ser pastor y traductor de himnos, sirviendo al Señor durante 70 años. Tradujo el himno: “Oh qué amigo nos es Cristo”.