{"id":4863,"date":"2012-06-07T02:22:00","date_gmt":"2012-06-07T07:22:00","guid":{"rendered":"https:\/\/impactoevangelistico.net\/?p=4863"},"modified":"2023-11-14T02:23:09","modified_gmt":"2023-11-14T07:23:09","slug":"1149-el-predicador-pieles-rojas","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/impactoevangelistico.net\/noticia\/1149-el-predicador-pieles-rojas","title":{"rendered":"EL PREDICADOR DE LOS PIELES ROJAS"},"content":{"rendered":"\n

entr\u00f3 en la Universidad de Yale. Empero, v\u00edctima de una extra\u00f1a enfermedad para la \u00e9poca que lo hac\u00eda escupir sangre -hoy conocida como tuberculosis-, fue enviado de vuelta a casa al poco tiempo. A su retorno, producido en noviembre de 1740, fue testigo de excepci\u00f3n de un gran avivamiento espiritual al interior de la tercera instituci\u00f3n de ense\u00f1anza superior m\u00e1s antigua en los Estados Unidos de Am\u00e9rica. Enseguida, e inspirado por hombres de fe como Jonathan Edwards y George Whitefield, su convicci\u00f3n en los Evangelios se consolid\u00f3. Pero debido a su f\u00e9rrea defensa doctrinal fue expulsado por las autoridades de Yale en febrero de 1742.<\/p>\n\n\n\n

Luego de su abrupta salida de la universidad, David no sab\u00eda qu\u00e9 hacer con su existencia. Sin embargo, su angustia termin\u00f3 cuando fue autorizado para predicar la Palabra de Dios por un grupo de evang\u00e9licos conocidos como las “Nuevas Luces”. Como resultado, se gan\u00f3 la atenci\u00f3n de Jonathan Dickinson, el l\u00edder protestante de la colonia de New Jersey, quien intent\u00f3 sin \u00e9xito restablecer a Brainerd en Yale. En su lugar, se le sugiri\u00f3 que se dedicara a la obra misionera entre los ind\u00edgenas americanos y recibi\u00f3 el respaldo de la sociedad escocesa para la propagaci\u00f3n del conocimiento cristiano. Entonces fue promovido para esta labor de fe el 25 de noviembre de 1742 y cuatro meses m\u00e1s tarde, el 25 de marzo de 1743, emprendi\u00f3 la obra de su vida.<\/p>\n\n\n\n

Brainerd fue asignado al pueblo de Stockbridge, ubicado en la colonia de Massachusetts, y lleg\u00f3 all\u00ed el 31 de marzo 1743, y al d\u00eda siguiente comenz\u00f3 su ministerio evang\u00e9lico. Para ello se traslad\u00f3 a 32 kil\u00f3metros al oeste del r\u00edo Hudson, a un lugar llamado Kaunaumeek, donde permaneci\u00f3 durante un a\u00f1o. En ese espacio, comenz\u00f3 una escuela para ni\u00f1os pieles rojas y empez\u00f3 a escribir una traducci\u00f3n del libro de los Salmos. Sol\u00eda viajar a pie dos kil\u00f3metros y medio en cada sentido, todos los d\u00edas, con el fin de visitar las comunidades nativas. Tambi\u00e9n fue en ese lugar que aprendi\u00f3 a orar con los indos en su propia lengua y donde se acostumbr\u00f3 a dormir en el suelo cobijado apenas por una choza de maderas.<\/p>\n\n\n\n

PERSISTENTE MISI\u00d3N<\/p>\n\n\n\n

Posteriormente, fue reasignado a trabajar entre los indios de Delaware a lo largo del r\u00edo Delaware al norte de Bethlehem, en la colonia Pennsylvania, donde permaneci\u00f3 por un a\u00f1o m\u00e1s. En esa etapa fue ordenado como ministro de Jesucristo el 11 de junio de 1744. Despu\u00e9s de esto, se traslad\u00f3 a un lugar llamado Crossweeksung, en New Jersey, donde su labor alcanz\u00f3 su punto de mayor \u00e9xito: al cabo de un a\u00f1o, y gracias a su tenaz trabajo evangelizador, su iglesia para pieles rojas logr\u00f3 contar con una feligres\u00eda de ciento treinta miembros aut\u00f3ctonos. Una comunidad de fieles que en 1746 fue traslada a Cranbury. En estos a\u00f1os, se neg\u00f3 a abandonar su misi\u00f3n cristianizadora y, a pesar de contar con m\u00faltiples ofertas para ser pastor en diversas iglesias, se qued\u00f3 junto a los pieles rojas.<\/p>\n\n\n\n

A veces andaba de noche perdido en el monte, bajo la lluvia y atravesando monta\u00f1as y pantanos. De cuerpo endeble, se cansaba en sus viajes. Ten\u00eda que soportar el calor del verano y el intenso fr\u00edo del invierno. Pasaba d\u00edas seguidos sufriendo hambre. Incluso sus bi\u00f3grafos sostienen que lleg\u00f3 a viajar veinticuatro mil kil\u00f3metros a caballo. Tambi\u00e9n detallan que oraba siempre. Y fue una costumbre lo que caracteriz\u00f3. Antes y despu\u00e9s de predicar oraba. Cabalgando entre las soledades interminables de los bosques oraba. Sobre su lecho de paja o alejado de los espesos y abandonados territorios norteamericanos oraba. Hora tras hora, d\u00eda tras d\u00eda, en la ma\u00f1ana temprano y a las altas horas de la noche oraba y ayunaba, derramando su alma en intercesi\u00f3n y comuni\u00f3n con Dios.<\/p>\n\n\n\n

En mayo de 1748, despu\u00e9s de cinco a\u00f1os de viajes arduos por parajes solitarios, de innumerables aflicciones y de sufrir dolores incesantes en el cuerpo, David Brainerd, enfermo y con las fuerzas f\u00edsicas casi enteramente agotadas, consigui\u00f3 llegar a la casa de Jonathan Edwards en la localidad de Northampton en Massachusetts. El peregrino ya hab\u00eda completado su carrera terrenal y esperaba solamente el carro de Dios que lo transportar\u00eda a la gloria. Precisamente fue en ese lugar donde el 9 de octubre de ese a\u00f1o se fue al encuentro con el Padre Celestial. David, en sus \u00faltimos d\u00edas, fue cuidado por Jerusha Edwards, hija de Jonathan, y hoy descansa junto a ella en el cementerio local. Su nombre es sin\u00f3nimo de la evangelizaci\u00f3n de los indios americanos.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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