La arqueología tiene mucho que decirnos acerca de la vida y los tiempos de Jesús de Nazaret y sus apóstoles. Comencemos, pues, este fascinante viaje arqueológico en el mundo del Nuevo Testamento.
El Antiguo Testamento termina con la promesa que Dios hace de enviar un mensajero que preparará el camino para la llegada del Mesías. En Malaquías, que parece ser el último libro profético que se escribió del Antiguo Testamento, se encuentra una profecía muy significativa: “He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos” (Malaquías 3:1).
No debe sorprendernos que el Nuevo Testamento comience precisamente donde termina el último de los profetas del Antiguo Testamento: con la llegada del mensajero profetizado por Malaquías. Esto muestra una continuidad entre el Antiguo Testamento y el Nuevo, aunque pasaron varios siglos entre los dos períodos.
Al principio del Evangelio de Lucas, leemos que un ángel le habló al sacerdote Zacarías con respecto al cumplimiento de la profecía de Malaquías. Le reveló que el mensajero profetizado por Dios en el Antiguo Testamento sería su propio hijo, Juan (el Bautista), quien prepararía el camino para la venida del Cristo. El ángel le dijo: “Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan… E irá delante de él [el Señor Dios de Israel] con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto” (Lucas 1:13-17).
Por consiguiente, el escenario está listo para la primera llegada del Mesías.
HERODES, UN PODEROSO REY
El relato de Mateo nos lleva a la corte del rey Herodes, uno de los primeros personajes que aparece en el Nuevo Testamento: “Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él… Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella; y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore” (Mateo 2:1-3, 7-8).
¿En realidad existió Herodes y fue un rey en esa época? Sin lugar a dudas, la historia y la arqueología han confirmado su existencia y su reinado. Este rey fue conocido en la historia como Herodes el Grande.Cuando nació Jesucristo, este rey no israelita ya había gobernado, bajo la hegemonía romana, la provincia de Judea (gran parte del territorio formado por los antiguos reinos de Israel y Judá) por casi 40 años.Herodes fue un gran constructor y dejó su nombre en muchos monumentos; por eso fue un renombrado personaje en la historia judía y romana.
Con respecto al reinado de Herodes, John McRay, arqueólogo y profesor de la Universidad de Wheaton, explica: “Las excavaciones arqueológicas han revelado un sorprendente número de pruebas acerca de Herodes el Grande… Herodes el Grande era un idumeo [edomita] que, en el año 41 a.C., recibió provisionalmente el gobierno de Galilea de parte de Marco Antonio… En el año 30 a.C. Octavio (Augusto César) afirmó el reinado de Herodes sobre Judea, Samaria y Galilea… Herodes se mantuvo en el poder hasta su muerte en el año 4 a.C., así que Cristo nació en Belén antes de esa fecha” (Archaeology and the New Testament [“La arqueología y el Nuevo Testamento”], 1997, p. 91).
Uno de los motivos principales por los que Herodes recibió el sobrenombre de el Grande fueron sus extensas y maravillosas edificaciones. F.F. Bruce, ex profesor de crítica bíblica y exégesis de la Universidad de Manchester, escribió: “Si Herodes no hubiera hecho otra cosa importante en su vida, igual se habría asegurado un lugar en la historia por ser un gran constructor” (New TestamentHistory [“Historia del Nuevo Testamento”], 1972, p. 20).
Se sabe que llevó a cabo obras de construcción por lo menos en 20 ciudades o pueblos en Israel y más de 10 en otras ciudades extranjeras. En Atenas se han encontrado dos inscripciones con el nombre de Herodes. Una de ellas dice: “El pueblo [levanta este monumento al] rey Herodes, amador de los romanos, debido a la generosidad y buena voluntad que él ha [mostrado]” (ibídem, p. 92).
El historiador judío Flavio Josefo, quien vivió en el primer siglo de nuestra era, confirma que Herodes realizó grandes obras de construcción fuera de Israel:“Cuando había construido tantas cosas, mostró la grandeza de su alma a no pocas ciudades extranjeras… ¿Y no están los atenienses… llenos de las donaciones que Herodes les presentó?” (Guerras de los judíos, libro 1, cap. 21, sec. 11).
Hay seis obras que Herodes realizó en el territorio de Israel que se destacan por encima de las demás: (1) la ampliación del monte de templo en Jerusalén y la renovación del templo; (2) Herodión, su palacio y fortaleza cerca de Belén; (3) su magnífico palacio en Jericó, que tenía una piscina de más de 30 metros de largo; (4)Masada, la fortaleza montañosa donde construyó dos palacios (más tarde, este lugar se hizo notorio al ser el último bastión de resistencia de los judíos contra los romanos); (5) Cesarea, un puerto creado artificialmente bajo su supervisión que se convirtió en la jefatura oficial de los romanos; y (6)Samaria, la capital del antiguo reino de Israel, la cual Herodes reconstruyó y llamó Sebasté. De estas seisobras, todas menos Herodión y Masadason mencionadas en las Escrituras.
Al examinar los restos de las edificaciones de Herodes, los arqueólogos y arquitectos sólo tienen admiración por labelleza, la grandeza y el ingenio de susobras. Por ejemplo, en la base del monte del templo en Jerusalén se encontró, entre otras inmensas piedras, un bloque de piedra sólida que pesa 415 toneladas. En comparación, los bloques de piedra más grandes en la gran pirámide de Keops, enEgipto, pesan sólo 15 toneladas, y los megalitos en Stonehenge, Inglaterra, nopasan de 40 toneladas.
LA CRUELDAD DE HERODES
Herodes el Grande no sólo fue conocido por sus hazañas arquitectónicas, políticas y militares, sino también por su gran crueldad. La Biblia nos permite vislumbrar su completa indiferencia hacia la vida humana cuando relata la reacción del monarca al enterarse del nacimiento de Jesús.
Cuando supo que había nacido “el reyde los judíos”, Herodes se molestó mucho al sentir que su poder y trono estaban en juego (Mateo 2:1-3). Cuando fracasó su complot para identificar al Mesías recién nacido (vv. 7-8, 12), el rey reaccionó violentamente:“Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho,y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los magos” (v. 16).
Esta carnicería en Belén no estaba fuera del carácter conocido de Herodes. Elprofesor A.T. Robertson relata la brutalidad de Herodes hasta con su propia familia:“Los que están familiarizados con la historia de Herodes el Grande mencionada por Josefo pueden entender claramente el relato bíblico de la matanza en Belén.En sus arrebatos de ira por los celos y las rivalidades familiares, Herodes ordenó la muerte de dos hijos de [su esposa] Mariamne (Aristóbulo y Alejandro), de Mariamne misma, y de Antípater, su propio hijo y heredero, además del hermano y la madre de Mariamne (Aristóbulo y Alejandra) y de su abuelo, Juan Hircano.Redactó testamento tras testamento, y ahora, en medio de una enfermedad terminal, estaba furioso por la pregunta de los magos. Manifestó su frustración y toda la ciudad estaba inquieta debido a que la gente conocía muy bien lo que era capaz de hacer cuando daba rienda suelta a su enojo creyendo que sus planes eranamenazados” (Word Pictures in the New Testament [“Imágenes verbales del Nuevo Testamento”], 1997).
La descripción que dan las Escriturasacerca de Herodes es confirmada por lo que los historiadores y los arqueólogos han encontrado acerca de su reinado, sus obras de construcción, su fuerza política y la ira descontrolada que manifestaba hacia los que creía amenazaban su trono.
EL CENSO DE AUGUSTO CÉSAR
Lucas, un historiador meticuloso, presenta a otros personajes famosos en su relato del nacimiento de Jesús: “Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado. Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad”(Lucas 2:1-3).
Augusto César, u Octavio, fue el hijoadoptivo de Julio César. Gobernó el ImperioRomano por más de 50 años (del 43 a.C. hasta el 14 d.C.) y estableció una era de paz y estabilidad que facilitó el crecimiento del cristianismo.
Los arqueólogos han aprendido muchoacerca de cómo y cuándo se tomaban los censos romanos. Se han encontrado antiguos papiros con decretos de los censos que se efectuaron en los años 20, 34, 48, 62 y 104 d.C.; éstos muestran que normalmente se tomaban cada 14 años, aunque algunos censos locales se hacían con más frecuencia.
Un papiro del año 104 d.C., que se encuentra en el Museo Británico, describe un censo muy parecido al que menciona Lucas, en el que se le ordenaba a la genteregresar a sus lugares de nacimiento.Dice: “Gayo Vibio Máximo, prefecto de Egipto: Puesto que ha llegado el momento de efectuar el censo de casa en casa, es necesario obligar a todos los que por cualquier motivo están viviendo fuera de su provincia, que regresen a sus hogares, para que puedan participar en el censo…” (Frederick G. Kenyon, GreekPapyri in the British Museum [“Papirosgriegos en el Museo Británico”], 1907, ilustración no. 30).
Por muchos años algunos eruditos,pensando que Lucas se había referido equivocadamente a otro Cirenio que gobernó una década después del nacimiento de Cristo, dudaron de la certeza del relato bíblico. Sin embargo, la precisión de las Escrituras ha sido confirmada por descubrimientos más recientes.
El investigador Randall Price escribe:“Recientemente se han encontrado pruebas arqueológicas que proporcionan nuevo conocimiento acerca del tiempo y el lugar del natalicio de Jesús. El Evangelio de Lucas vincula el tiempo del nacimiento de Jesús con el censo decretado por Cirenio, gobernador de Siria (Lucas 2:2). Si bien las inscripciones revelan que existía más de un gobernante con ese nombre, un Cirenio que vivió en el tiempo del nacimiento de Jesús se ha encontrado en una moneda que lo identifica como procónsul de Siria y Cilicia desde el año 11 a.C. hasta después del año 4 a.C.”(TheStonesCryOut [“Las piedras claman”], 1997, p. 299).
EL OFICIO DE JOSÉ EN NAZARET
Una vez muerto Herodes, José y María trajeron a Jesús a su hogar en Nazaret.
José era un diestro artesano que trabajaba no sólo con madera sino con piedra.“El término griego tekton, traducido como ‘carpintero’ en Marcos 6:3, tiene como significado ‘artesano’, es decir, un perito obrero que trabajaba con materiales duros como la madera o la piedra, o hasta el cuerno o el marfil… En el tiempo de Jesús, los obreros de construcción no eran tan especializados como es la fuerza laboral hoy día. Por ejemplo, las tareas de los carpinteros y los albañiles fácilmente se combinaban” (Richard A. Batey, Jesus&theForgotten City: New Light onSepphoris and theUrbanWorldof Jesus [“Jesús y la ciudad olvidada:Nueva luz sobre Séforis y el mundo urbano de Jesús”], 1991, p. 76).
Jesús aprendió laprofesión de José y vivió en la región deNazaret por gran parte de su vida. Aunque Nazaret fue una pequeña aldea galilea de unos pocos cientos de habitantes, es probable que José y Jesús encontraran trabajo constante en la ciudad de Séforis, situada a unos seis kilómetros de distancia.
Hacia el tiempo del natalicio de Jesús, Herodes Antipas —hijo de Herodes el Grande que gobernó Galilea y más tarde ordenó la ejecución de Juan el Bautista— había escogido a Séforis como su capital.“Por más de tres décadas, mientras Jesús crecía en la cercana Nazaret, se estaba llevando a cabo una inmensa obra de construcción y Séforis se convertía en la ciudad más grande e influyente de la región… José y Jesús sabían de la construcciónde la nueva capital y hubieran conocido a los artesanos y otros obreros que trabajaban allí” (ibídem, p. 70).
Excavaciones recientes en Séforis han mostrado que fue una ciudad próspera y activa durante los años en que Jesús crecía en la cercana Nazaret. Estos datos históricos nos ayudan a entender mejor el trasfondo de las enseñanzas de Cristo, que incluyen ilustraciones tomadas no sólo de la vida agropecuaria, sino también de la construcción, las finanzas, la nobleza y otros aspectos de la vida urbana.