El pasado 1 de febrero, Masih salió de casa para ir a trabajar, pero en el camino se encontró con un hombre que la amenazó de muerte por negar el islam y profesar su fe cristiana. Después de una potente riña, la joven quedó con quemaduras graves en la cara y otras partes de su cuerpo. Por su parte, el tío de la familia explicó que “Sunita solo tiene 19 años, pero ahora toda su vida ha estado marcada física y mentalmente”, expresó.
Ya en el hospital, Masih dió las siguientes declaraciones: “Mis ojos, cara, brazos y piernas comenzaron a arder tan pronto como el agresor me arrojó el ácido”, dijo, según Morning Star News. “El dolor era tan insoportable que me derrumbé en el camino”. Desde entonces, Bux ha sido detenido mientras la familia busca justicia.
Según los informes, los asesinos son personas poderosas, y es solo cuestión de tiempo que salgan bajo fianza al influir en la investigación policial. La trágica afirmación sobre la fe de la familia agrega una verdadera angustia al terrible escenario de Masih: “El hecho de que seamos cristianos nos hace más vulnerables a la injusticia”.
Esta historia muestra la terrible situación dentro de Pakistán, una nación que es el séptimo peor lugar en el mundo para la persecución cristiana, según la Lista Mundial de Vigilancia de Puertas Abiertas. La trágica situación se detalla en el último informe de 2023 de la organización.
“Los cristianos en Pakistán son considerados ciudadanos de segunda clase y enfrentan discriminación en todos los aspectos de la vida. Carecen de una representación adecuada en la política y, aunque no hubo ataques importantes contra iglesias el año pasado, hay ataques casi constantes contra personas. Muchos no se sienten seguros para adorar libremente”, menciona el portal.