Greg Hershberg creció en un hogar judío en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos. Él era activo en las prácticas de la religión y asistía a una escuela hebrea dos veces por semana. Con el tiempo, comenzó a ocultar su origen judio debido a su experiencia con el antisemiitismo, pero continuó siguiendo las prácticas del judaísmo ortodoxo a escondidas en una sinagoga.
En su testimonio, Greg cuenta que después de un tiempo conoció al amor de su vida y se casó. Sus amigos le sugirieron que fuera a Israel de luna de miel por lo que aceptó y partieron a la llamada Ciudad Santa. Cuando llegaron, buscaron todo tipo de entretenimiento local, pero algo raro pasaba en su interior, Él sentía que alguien lo llamaba.
En el último día del viaje, sucedió lo inimaginable. La pareja decidió ir al Monte Tabor, un lugar mencionado en la Biblia como el ‘Monte de la Transfiguración’ de Cristo. Y fue allí donde Greg escuchó una voz que lo llamaba con fuerza. “Era como si hubieran tirado una caña de pescar y clavado un anzuelo en mi pecho”, relató. Al llegar a la montaña, el judío dijo que esa voz lo invitaba a orar.
Greg describe lo que pasó después de la oración: “Mis ojos espirituales se abrieron. Vi el cielo abierto y a Jesús diciendo que me amaba. Sus palabras me rompieron el alma, cambiando mi vida para siempre. Su rostro resplandecía como el sol y su ropa era blanca como la luz”, dijo Greg muy emocionado.
“Recuerdo haber llorado durante mucho tiempo. Mi esposa dijo que duró unos 20 minutos. No fueron lágrimas de alegría ni de dolor, fue como una limpieza y santificación”, relató. El no sabía nada sobre el Espíritu Santo y no sabía que Dios podía entrar en el corazón. El matrimonio regresó a casa con un corazón nuevo, salvos y sabiendo que Yeshua es el Mesías”, continuó.
“Jesús nunca dejó de ser judío. Nació judío, se crió como judío y observador de la Torá. Murió y fue sepultado como judío, resucitó y ascendió al cielo como judío y volverá como judío. Él es suficiente”, señaló.