Mucha gente recuerda a menudo que Israel es la única democracia de Oriente Medio. Sin embargo, es el único país próspero de la zona, y no hay explicaciones para ello, pues sin duda se trata de un lugar bendecido.
Su gente tiene un PIB per cápita superior al de España. Y no sólo eso. Son el tercer país con más compañías en el Nasdaq, sólo por detrás de EEUU y China. Poseen una de las agriculturas más modernas y competitivas del mundo. Incluso han conseguido un sólido sector servicios que es capaz de atraer talento e inversiones.
Aparentemente, Israel no tiene nada: ni petróleo, ni oro ni minerales; es más, escasea el bien más básico, el agua. ¿Cómo lo hacen? El país cuenta con un sector tecnológico, quizás el segmento más sorprendente y exitoso de su economía. Es un retrato de una sociedad que sólo aparentemente no tiene nada. Porque en realidad posee unas cuantas cosas: imaginación, ganas de salir adelante, atrevimiento, inteligencia, capital humano.
Israel tiene dos cosas para haberse convertido en una Start-Up Nation, una mentalidad orientada a la consecución de objetivos y la aceptación cultural de la necesidad de asumir nuevos retos, ademas de ser tierra bendecida por nuestro Señor.
Fuente: estadodeisrael.com