Devocionales
04 de Octubre del 2021
TIENES NOMBRE DE QUE VIVES, Y ESTÁS MUERTO
Desde su fundación en el día de Pentecostés, la Iglesia de Jesucristo ha experimentado periodos de tiempo de grandes victorias y periodos de grandes reveses; periodos de grandes conquistas y periodos de grandes pérdidas; periodos de prolongada bonanza y periodos de encarnizada persecución.
Por Rev. Luis M. Ortiz
Alrededor del año 51 de la era cristiana, el apóstol Pablo invadió a Europa con el poderoso mensaje del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, en ocasión de la visión del varón macedonio, cuando Europa estaba sumida en las densas tinieblas de la corrupción moral y política del imperio romano pagano de los césares; pero el mensaje apostólico y post apostólico ungido del poder del Espíritu Santo transformando vidas, comarcas y ciudades, y a la vez acompañado de una interminable cuota de mártires cristianos, hizo tambalear al férreo imperio romano de césares.
Como a los 500 años después de Cristo, se desarrolló y floreció el catolicismo romano y el imperio religioso de los papas, pero hubo millones de cristianos en los países de Europa que no aceptaron ni se sometieron a este otro imperio romano religioso, aunque tuvieron que sufrir grandes persecuciones, huir a los montes, esconderse en las catacumbas y sufrir martirio.
Más de 500 años después (1,096 al 1,270 d.C.), tomaron lugar las guerras de las Cruzadas, fomentadas por los Papas para conquistar la ciudad de Jerusalén y a Palestina de manos de los mahometanos que la habían invadido; lo cual, a pesar de las siete expediciones que fueron desde Europa, éstas no lograron su objetivo, aunque transcurrió mucho más de un siglo de guerras con incontables pérdidas de vidas y fortunas. Es fácil entender que los verdaderos cristianos no se envolvieron en estos empeños bélicos y políticos. Continúa leyendo en https://issuu.com/impactoevangelistico.net/docs/813_web
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