En medio de un clima hostil a más 4700 metros de altura, un grupo de cristianos lleva la Palabra de Dios a las comunidades más olvidadas del Perú entregándoles Biblias y revistas cristianas.
El recorrido de los misioneros se localizó en Huancavelica, uno de los departamentos más pobres del Perú, en los pueblos de Acobamba, Paucará.
“Durante el camino nos encontramos a una niña que pastoreaba sus ovejas, nos acercamos con los hermanos de habla quechua, ya que ella solo entiende ese idioma. Le hablamos de Cristo, le regalamos una revista y ella se quedó muy contenta.”
“Es impresionante que a pesar de los dolores de cabeza y malestares por la altura, Dios nos haya concedido el privilegio de llegar a predicar el evangelio hasta este lugar”, dijo el pastor Sergio Ambrosio para la revista Impacto Evangelistico.
Lamentablemente muchos niños de esta parte del Perú viven en una condición precaria, algunos trabajan tapando huecos de la carretera para ganarse algo de dinero, otros apacentan sus ovejas, llamas, además algunos de ellos ni siquiera han podido ir a la escuela.
En medio de una triste realidad nace una esperanza.
A pesar de la crisis, es triste ver que las personas se inclina más a la idolatría y a la brujería. “Son de corazón duro, no son capaces de reconocer a Dios. Sin embargo, la instalación de Radio Bethel, una emisora cristiana que viene alcanzando cada rincón de estos montes, está sensibilizado el corazón de las personas que ahora nos escuchan”, dijo Sergio.
Durante el viaje se encontraron con unos hombres de la comunidad nativa de los Chopccas con trajes típicos, según sus costumbres se dice que durante su baile no se les puede interrumpir. Pero ellos en el nombre de Jesús se acercaron y le hablaron del evangelio.
“Les regalamos biblias y revistas, ellos se quedaron muy contentos y agradecidos, diciendo: gracias por traernos la Palabra de Dios”, dijo el pastor Sergio.
Luego llegaron a Kochajaca, a unos 4220 metros de altura sobre el nivel del mar, un lugar minero muy frío. “Predicamos el evangelio a una niña que a pesar de tener los pies casi descalzos y con el intenso frío escuchó el Evangelio de salvación.”
“Me conmueve la necesidad que hay y la falta de misioneros. Los pastores que están aquí caminan y salen a recorrer los lugares de dos o tres días para predicar el evangelio. Hay necesidad de Dios y estamos tratando de llegar a ellos junto a la ayuda de la radio. Una anciana habla quechua nos decía llorando: no nos dejen, vienen y se van”.