Este año, la idea de un chip implantado parece estar empezando a ser popular, pero la motivación no es el resultado de una campaña del gobierno. A través de anuncios se está mostrando cómo el microchip implantado en la piel trae beneficios, esto ha provocado una demanda espontánea. Shanti Korporaal, de Sydney, se encuentra en el centro del fenómeno después de tener dos implantes insertados bajo la piel.
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“Podría configurar mi vida para que nunca tenga de que preocuparme acerca de cualquier contraseña o PIN”, dijo Shanti. En una de ellas tiene el control de puertas y portones, no necesitando claves y contraseñas para acceder a su ordenador o dispositivo móvil. Por otro lado, el implante funciona como una tarjeta de visita, y se comunica con el teléfono inteligente, permitiéndole geolocalización y almacenamiento de datos médicos complejos.
Junto con su marido, ella creó el “Chip My Life”, un servicio de distribución de implantes que pretender expandir la idea a todas las regiones de Australia. Korporaal espera que dentro de unos años sus microchips se puedan configurar para pagar las cuentas y tal vez poner fin a la necesidad de dinero en efectivo y tarjetas de crédito. “La idea de super-humanos presentadas en muchas historias de ficción ya es real”, resaltó en una entrevista.
El médico Amal Graafstra, que inyectó los chips en Shanti asegura haber hecho lo mismo en unos 1.200 australianos. Según él, después de anestesia local, la inclusión se realiza en dos segundos. Por esta razón, Australia podría convertirse en el primer país del mundo que ofrece implantes de microchips a gran escala para su población. Se sabe que desde 2010, el gobierno analiza un plan para utilizar los microchips RFID para modernizar su sistema de salud.
Fuente: noticiacristiana