Por JOSH MCDOWELL Y DON STEWART
Noé fue un hombre que encontró gran favor y gracia de parte de Dios. La población entera se había vuelto mala y ruin, alejados totalmente de Dios, por lo cual El decidió, en su soberana voluntad, mandar un diluvio que destruiría todo ser viviente. Por lo que le pidió a Noé que hiciera un arca para albergar a su familia y a los animales. Y luego lanzó el diluvio. Una de las objeciones al relato bíblico del diluvio tiene que ver con la posibilidad de que Noé pusiera todos los animales en el arca. Un examen de las dimensiones del arca dadas por la Biblia arroja bastante luz sobre este asunto.
John Whitcomb y Henry Morris, en su libro The Genesis Flood (El diluvio del Génesis) hicieron un trabajo muy completo, de análisis en cuanto a la información, relacionado con las dimensiones físicas y la capacidad de transporte del arca. Observan que el Arca debe de haber tenido 133,35 m de largo; 22,23 m de ancho y 13,33 m de alto (calculando a razón de 44,45 cm por codo). El arca tenía tres pisos (Génesis 6:16), así que la superficie total de los pisos era aproximadamente 8.893,11 m², y el volumen total de 18.545 m³. El peso bruto del arca sería de unas 13.960 toneladas, que se puede comparar al peso de algunos barcos grandes de la actualidad.
La capacidad de transporte del arca sería, por tanto, igual a la de 522 vagones de ferrocarril de tamaño normal, que pueden llevar cada uno 240 ovejas. El arca podría haber acomodado por lo menos 125.000 ovejas. Génesis 6:14 dice también que, además de tener tres pisos, se construyeron cuartos y nidos para alojar a los animales. Whitcomb y Morris además determinaron, al examinar “los mejores cálculos de la taxonomía moderna, que son menos de 17.600 las especies ahora conocidas de mamíferos, aves, reptiles, y anfibios que habrían necesitado el abrigo del arca”.
Calculando dos de cada especie en el arca, se necesitaría lugar únicamente para 35.200 animales, más cinco de cada uno de los animales puros (una cantidad muy pequeña, pero, por el argumento, concedamos la mitad de las especies, o sea 8.800 por 5, que son 44.000). Un total máximo de 79.00 animales habrían estado en el arca.
Debe de haber habido originalmente un pequeño número de especies (o tipos), puesto que la cría de animales es la razón de la gran variedad del reino animal hoy en día. También, la mayoría de los animales de tierra firme son más pequeños que las ovejas, y se supone que se llevaron animales jóvenes y, por lo tanto, más pequeños. Por esto, no es del todo inconcebible que el arca haya tenido la capacidad para suficiente número de animales, con cuartos para almacenamiento de alimentos.
No se debe pasar por alto la idea de que haya habido en el arca animales que tuvieran los genes que permitieran el desarrollo de las muchas clases de animales que tenemos hoy. Los animales del arca pudieron haber sido los “bancos genéticos” que durante los años de proliferación desarrollaron las variedades de animales que vemos hoy en día, como Henry M. Morris declara en su libro El diluvio del Génesis:
“Cien años de estudio en la ciencia de la zoología han sacado a luz algunos factores interesantes en lo concerniente a la maravillosa capacidad de diversificación que el Creador ha puesto dentro de las especies de Génesis. Estos ‘tipos’ nunca han evolucionado ni se han mezclado cruzando las líneas de demarcación establecidas por Dios; pero se han diversificado en tantas variedades y subvariedades (como las razas y familias de la humanidad), que aun los mejores taxonomistas han quedado asombrados ante la tarea de enumerarlas y clasificarlas”.
Frank Lewis Marsh ilustra su concepto de la manera cómo algunas de las baraminas (de bara –“creada”, y mina y mina– “especie”) típicas pueden haberse diversificado antes y después del diluvio. Indica que más de 500 variedades de guisantes han sido desarrolladas a partir de un solo tipo desde el año 1700; y que de unos pocos perros salvajes se han desarrollado más de 200 variedades distintas de perros, tan diferentes entre sí como el perro salchicha o “dachshund” y el pastor belga.
Al continuar hablando del asunto, el doctor Marsh escribe: “En el campo de la zoología, la paloma doméstica presenta una buena ilustración de descendencia con variación. La diversidad en la forma y el temperamento que se encuentra entre las palomas afectaría nuestra creencia en su origen común, si no supiéramos que todas se han desarrollado a partir de la paloma silvestre de las rocas de las costas europeas, Columba livia. Es interesantísimo ver variaciones logradas a partir de la forma ancestral que se exhiben en tipos de palomas tan diferentes”.
¿CUÁNTOS ENTRARON EN EL ARCA?
“Y de todo lo que vive, de toda carne, dos de cada especie meterás en el arca, para que tengan vida contigo; macho y hembra serán” (Génesis 6:19).
“De todo animal limpio tomarás siete parejas, macho y su hembra; mas de los animales que no son limpios, una pareja, el macho y su hembra. También de las aves de los cielos, siete parejas, macho y hembra, para conservar viva la especie sobre la faz de la tierra (Génesis 7:2, 3). “De los animales limpios, y de los animales que no eran limpios, y de las aves, y de todo lo que se arrastra sobre la tierra, de dos en dos entraron con Noé en el arca; macho y hembra, como mandó Dios a Noé” (Génesis 7:8, 9).
A primera vista, estas declaraciones parecen contradictorias. Primero (Génesis 6:19, 20) se le ordena a Noé que lleve dos de cada especie al arca; después en Génesis 7:2, 3, siete ejemplares de algunos animales y aves, y luego en 7:8, 9, las Escrituras hablan de los animales que entran de dos en dos.
Sin embargo, Génesis 7:8, 9 no habla del número de animales que entran, sino del modo. Siete ejemplares de cada animal limpio (tres pares, y otro animal para sacrificio) entraron en el arca de dos en dos, y los otros animales también entraron por parejas.
Lo que resta de la posible contradicción entre Génesis 6:19, 20 y Génesis 7:2, 3 se resuelve fácilmente cuando se entiende a la luz de las prácticas literarias de los antiguos. Se hacía una declaración general al principio, y luego seguía otra declaración de lo específico.
Este es el caso aquí, donde Génesis 6:19, 20 es la declaración general y Génesis 7:2, 3 provee el detalle adicional de que los animales limpios debían entrar en la cantidad de siete, en vez de dos en como los otros animales. Entraron un macho y una hembra, dos de cada especie, con cinco ejemplares más de cada animal limpio.
¿Y LOS ANIMALES EXTINTOS?
En la Biblia se mencionan muy pocas de las muchas especies de animales. El Génesis dice solamente que Dios creó todas las criaturas vivientes del mar, de la tierra y del cielo, y las nombra del modo más general: ganado y todo lo que se arrastra, bestias de la tierra y criaturas aladas.
Sólo son mencionados específicamente en la Biblia los animales de importancia en la historia humana, tales como el ganado, bueyes, cabras, ovejas (importantes para la economía), más la lista específica de animales limpios e inmundos de la ley levítica, etc. A muchos animales no se los nombra en la Biblia, tales como los dinosauros.
La falta de mención significa poco. Sólo que no entraron a la historia del hombre de manera significativa o importante para que se hablara de ellos. Los fósiles de los grandes lechos de dinosaurios son prueba de su existencia y quedaron conservados tal vez por una catástrofe como el diluvio.
A menos que los sedimentos que los atraparon se endurecieran rápidamente en forma de piedra, sus cuerpos se habrían descompuesto pronto, pero los restos que tenemos son cuerpos enteros e intactos. Una catástrofe como el diluvio explicaría la existencia de tales restos.
Más evidencias de su existencia, y también del hombre, son las pictografías encontradas en África y Norteamérica, y las evidencias fósiles de huellas humanas y de dinosaurios en la misma formación.
En cuanto a por qué se extinguieron, sólo podemos hacer conjeturas. Sí sabemos que el Génesis dice que cuando Dios terminó la creación, todo era muy bueno. Cuando ocurrió la caída, fue cuando la muerte y la destrucción entraron al universo.
Al final, la corrupción estaba tan extendida que Dios destruyó todo menos la familia de Noé y dos ejemplares de cada especie de criaturas vivas, a las cuales Dios hizo que vinieran a Noé para que las cuidara en el arca. Es posible que Dios dejara de lado algunos de los animales terrestres, a los cuales no hizo venir a Noé, tales como los dinosaurios. Pero la Biblia dice: “Dos de cada especie vendrán a ti para que los mantengas vivos”.
Podemos conjeturar que los dinosaurios no entraron en el arca, tal vez porque Dios quería que se extinguieran en esa época, o bien que las condiciones climáticas después del diluvio les impidieron reproducirse en cantidades suficientes y desaparecieron. No tenemos suficiente información para pasar de las conjeturas en estos momentos.