Para los cristianos, una serpiente simboliza el mal y el mismo diablo. Sin embargo, los hindúes ven a las serpientes como criaturas divinas dignas de adoración. Para Maria, que creció como hindú en el sur de la India, amar a las serpientes era algo natural. Su padre, un destacado mago de la magia negra y le enseñó el oficio a su hija desde muy joven.
Cuando María tuvo sus 12 años, una cobra la mordió mientras intentaba alimentarla. Sus padres la llevaron rápidamente a un médico y en tres días, su salud mejoró, pero comenzó a sentirse diferente tanto en cuerpo como en mente. “Empecé a actuar como una serpiente”, explica con naturalidad María. Pronto, todo lo que quería hacer era sentarse en el templo dedicado a las serpientes.
Para la sociedad, María se había convertido en una diosa serpiente. A medida que su fama aumentaba, la gente de su comunidad comenzó a traerle ofrendas de toda índole. Sin embargo, Dios ya la tenía en la mira. Unos misioneros en Medio Oriente visitaron a María y su familia, les impartieron folletos y biblia, les hablaron de Jesús y su amor.
En una de sus tantas prácticas espiritistas, María fue a la casa de una familia para realizar su magia negra. Siguió una intensa batalla espiritual por la vida de un bebé al que le tenía que asesinar, pero fue en vano. Había oraciones que protegían a esa familia. Esa noche, en su dormitorio, tuvo una visita.
“Un hombre blanco se me acercó y me dijo: ‘Hija mía, eres querida. Yo soy tu Señor y Dios. Yo soy la puerta y los que vienen a mí serán salvos. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir. He venido para que tengáis vida”, cuenta con asombro María. Por las palabras que había escuchado de los misioneros, María reconoció al hombre como Jesucristo.
Abrumada por la emoción, se arrodilló ante él y lo aceptó como su Salvador y Señor personal. “Rompí todos los ídolos. Me dijeron que estaba loca. Me ataron a un árbol y me golpearon. Pero no perdí mi fe en Jesús”, recuerda María con emoción. Cinco años después de su conversión, María se convirtió en un arma poderosa contra el reino de las tinieblas.
Actualmente María trabaja con el Ministerio de Biblias en Medio Oriente, llevando a muchos hindúes al amor y la libertad que solo es posible con Jesús.