Esta época estuvo, principalmente, representada por Martín Lutero, el hereje de la iglesia católica o también llamado el héroe del pueblo en Alemania y parte de Europa. La ocupación financiera que predominó durante el siglo XV, fue el prestamismo; actividad que se encargó de dar dinero a clientes en momentos de dificultad a cambio de un objeto empeñado del mismo valor.
De aquí surgieron los usureros, personas de mal corazón que explotaban al pueblo por su ignorancia. Pese a que la iglesia católica era la máxima representación de Dios, sus múltiples injusticias en el mercado económico solo ocasionaron más destrucción. Tildaron al pueblo de pecadores por adquirir un préstamo sin permiso, o los excomulgaban de cualquier derecho religioso si no obedecían sus reglas.
Sin mencionar las indulgencias (el perdón de los pecados) impuestas por el Papa León X, a todos los fieles que contribuyeron económicamente a la construcción de la catedral de San Pedro. Sin embargo, todo cambiaría con la llegada de la Reforma Protestante (separación de varios cristianos de la iglesia católica) hacia una verdad. Ellos eran más sensibles a los padecimientos de los presos por los usureros e incluso por la misma iglesia.
El Luteranismo, Calvinismo, Anglicanismo, Anabaptismo, que son las principales cuatro vertientes salidas de la fe católica, ayudaron a despertar las conciencias del siglo. Martín Lutero y su voz de libertad con las 95 tesis, junto a la publicación y traducción de la biblia, abrió la mente del pueblo oprimido hacia un desarrollo económico exitoso. Y conocerás la verdad, y la verdad te hará libre.
Fue la biblia y la imprenta quien abrió paso al crecimiento económico e intelectual. La gente empezó a trabajar para honrar a Dios con el sudor de su frente. Trataban de resaltar las buenas obras y aprovechar bien el tiempo, tanto intelectual como económicamente, usando la frase célebre:“si una persona es bendecida, es salva”.
Al término del siglo XVI e inicios del siglo XVII, los banqueros de élite en Europa, ahora eran los reformados. Las sociedades protestantes se habían convertido con una visión más adelantada de las católicas tanto económica como intelectualmente. El que España, como Portugal o Italia, países principalmente católicos, no asimilaran la ética del trabajo de los reformados tuvo consecuencias nada positivas que llegan hasta el día de hoy.
Y de aquí surge el capitalismo que, en un proceso evolutivo, se mantiene hasta la actualidad. Benjamin Franklin, el padre de los Estados Unidos y practicante del puritanismo decía: “El tiempo es dinero”. Sin duda, el auge de la economía empezó a crecer por la verdad de las Santas Escrituras y la lealtad de hombres valientes hacia Dios y su esencia: Amor y esfuerzo. Este 31 de Octubre celebremos juntos los 505 años de la Reforma Protestante.