Así como cuando Jesús enfatizó el bautismo como necesario para ser salvo, Danny Spano, quien fue alcohólico y ha trabajado en el ministerio de recuperación y prisión durante más de 17 años, vió el evento como un hermoso regalo de Dios para su vida, ya que después de años de arduo trabajo, pudo ver los frutos.
Aletha, quien también fue adicta a las drogas y el alcohol, enfatizó lo gratificante que es formar parte de un evento sin precedentes. “Yo soy la que se siente bendecida, por lo que Dios hace en nuestras vidas”, comentó sobre el bautismo.
Además señaló: “Este bautismo solo es el resultado de que yo estudie la Biblia, son el resultado de Dios. Estar ahí y sentir la presencia de Dios tiene mucho valor para mi”. El pastor asociado, Bruce Raley, de First Baptist Hendersonville, comentó sobre el trabajo conjunto de las dos iglesias en la prisión.
“Tenemos muy buenas relaciones entre nosotros. Oramos unos por otros. Celebramos entre nosotros. Los líderes son amigos entre sí. No hay competencia en absoluto. Queremos ver a la gente llegar a la fe en Jesucristo y ver a nuestra comunidad trastornada por Jesús”, dijo Bruce.