Según Puertas Abiertas, Corea del Norte, el país más cerrado del mundo, tras un duro invierno, enfrenta una nueva crisis alimentaria. La organización explica que los depósitos de almacenamiento están agotados y, para tratar de reponerlos, el gobierno ha lanzado una campaña de movilización rural, que “invita” a soldados y personas ajenas a la agricultura a trabajar en las plantaciones.
La crisis se viene gestando desde que el gobierno cerró las fronteras hace más de tres años en respuesta a la pandemia, y desde entonces ha habido hambre, represiones brutales y ninguna posibilidad de salir de esta calamitosa situación ya que, bajo el gobierno de Kim Jong Un, los norcoreanos tienen prohibido establecer contacto con el mundo exterior.
La organización también explica que el trabajo agrícola en Corea del Norte suele ser muy difícil, con largas horas de arduo trabajo y, a menudo, con el estómago vacío, los agricultores enfrentan la falta de personas para trabajar en el campo. Para paralizar la crisis, el gobierno ha prometido importar arroz, pero esto no alienta las esperanzas de la población.
“Los cristianos norcoreanos han revelado que los alimentos importados se distribuyen primero entre los altos funcionarios del gobierno y luego entre los soldados lo que significa que solo una pequeña parte va a la gente común. Por eso, el hambre es permanente en todo el país y miles mueren silenciosamente”, dice un socio de Portas Abertas.
“Hay testimonios inspiradores de cristianos norcoreanos que están ayudando a sus vecinos. Comparten alimentos, medicinas y otras necesidades básicas, incluso si la comida no es suficiente para ellos”, dijo el socio. “Los cristianos secretos están practicando el amor de Dios entre bastidores y aprecian las oraciones y el aliento de la iglesia libre. Toda gloria a Dios que ha alimentado a sus hijos en este terrible período de hambruna”, concluyó.