Eran las cuatro de la tarde, faltando solo unas cuantas horas para que se acabara el mandato británico, 350 personas se hallaban reunidas en el Museo donde se haría el tan esperado anuncio del nacimiento del Estado de Israel.
Sin embargo, mientras muchas naciones abrazaron calurosamente esta renovación de la condición de Estado judío, los países árabes vecinos no lo hicieron. En su lugar, se apresuraron a atacar al Estado judío, con el lanzamiento de lo que más tarde se conoció como la Guerra de la Independencia. Esta guerra terminó un año después, en 1949, y sigue siendo la guerra de más larga duración que Israel luchó desde su refundación.
El Estado de Israel, habría cumplido entonces una profecía bíblica. Registrada por la pluma del profeta Isaías cuando dijo: “Nacerá una nación de una vez” (Isaías 66:8), el cual fue el momento más grandioso en la historia profética de siglo XX. Era una evidencia pura para que los hombres vieran que el Dios de Israel estaba vivo.
Así pues, el establecimiento del Estado de Israel es una día tan importante en nuestros calendarios, el cual sigue luchando para preservar una independencia milagrosa.