El agua es un elemento indispensable de vida al que aún no tienen acceso más de 650 millones de personas. El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, ha llamado a trabajar «con un espíritu de cooperación urgente, a las nuevas ideas y la innovación, dispuestos a compartir las soluciones que todos necesitamos para un futuro sostenible».
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Los objetivos buscan lograr el acceso universal y equitativo al agua potable y a un precio asequible para el año 2030. En vista de los datos actuales, queda mucho por hacer: alrededor de 663 millones de personas, uno de cada nueve habitantes del planeta, carecen de acceso a agua potable, mientras que casi 2.400 millones no disponen de saneamiento adecuado. Por ello, Plan International ha alertado de que cada día mueren 4.000 niños por falta de agua.
Al año, enfermedades perfectamente evitables como la diarrea aguda, el cólera, la disentería y el tifus se cobran la vida de 1,5 millones de niños cada año. De hecho, según Plan, se usa más agua en una ducha de un minuto (casi 20 litros) que la que utilizan para beber y asearse los africanos. La falta de agua se ceba especialmente con las comunidades más desfavorecidas, donde se superponen las necesidades.
«Cuando Hassoum está enfermo, yo también me siento enferma. Con la diarrea, se encuentra muy cansado y cada vez muy débil. Ya he perdido un hijo por culpa del agua sucia y no quiero que vuelva a suceder», lamenta una madre desesperada. Por ello, la ONU quiere recordar a la población usar el agua con conciencia ya que «A mejor agua, mejores empleos».