Según fuentes locales de Morning Star News, Abudu Amisi fue asesinado por abandonar el Islam y convertirse al cristianismo. El ex musulmán vivía en el pueblo de Kasanvu, distrito de Pallisa. Después de seis meses de aprender sobre el Evangelio, Abudu se rindió a Cristo el 22 de junio. Dejó una esposa y un hijo de 3 años.
Después de la conversión, el joven temía que lo mataran por lo que se escondió en una casa por seguridad. “Temía mucho por su vida. Luego la iglesia lo acogió en una casa alquilada, y permaneció dentro de la casa durante dos semanas”, informó el líder, quien no fue identificado por razones de seguridad.
El 8 de julio, Abudu y otros dos jóvenes fueron a comprar comida a un mercado en Kasasira para un seminario de líderes de la iglesia. Según uno de los jóvenes, cerca del mercado, un musulmán los saludó y habló con Abudu durante 10 minutos. “Después de comprar la comida, a unos 50 metros del mercado, la gente comenzó a gritar: ‘Aquí viene el traidor del Islam. No debería ver la luz del día’”, dijo el joven, cuyo nombre no se mencionó por razones de seguridad.
En ese momento lo rodearon y comenzaron a cortarlo con machetes, en la cabeza, la cara y el cuello, y le fracturaron las piernas y la mano. Los dos jóvenes huyeron y llamaron al pastor de la iglesia, quien llamó a la policía. “Intentaron rescatarlo a toda prisa, pero ya era tarde, ya habían cortado a Amisi, había perdido mucha sangre y murió camino al Hospital Regional de Referencia de Mbale”, dijo el pastor.
El cuerpo del cristiano permaneció en la morgue, ya que los líderes de la iglesia temían que el entierro de Abudu provocaría más ataques por parte de musulmanes en el área. El ataque fue solo uno de los muchos casos de persecución de cristianos en Uganda. La persecución religiosa ha sido una realidad preocupante en el país.
La libertad religiosa, incluido el derecho a difundir la propia fe y convertirse de una religión a otra, está garantizada por la constitución de Uganda y otras leyes de Uganda. La población musulmana en Uganda representa aproximadamente el 12% del total, con concentraciones más altas en las regiones del este del país.