el pasado 27 de noviembre de 2012, un grupo de 18 hermanos colombianos de la Iglesia de La Concordia en Bucaramanga salió de su país bajo la guía del Rev. Samuel David Mejía, hacia Filipinas (Asia) para impulsar el establecimiento de la primera Iglesia en dicho país. El Ps. César Rueda quien pastorea una de nuestras iglesias en Santa Marta, Colombia, y la Hna. Marlene Montoya, quien viajó desde Australia, se unieron también a esta labor evangelizadora. Dos hermanos de la Iglesia local de la Concordia ya habían estado realizando un trabajo por un tiempo aproximado de dos meses.
Alcanzar Filipinas se convirtió en uno de los primeros objetivos planteados por el Proyecto Éfeso del MMM, el cual busca el establecimiento de iglesias en el mayor número posible de países de Asia. Cuando el grupo misionero arribó a la capital filipina, el Señor ya había provisto el lugar de cultos en la ciudad de Quezón City, Metro Manila, y los contactos necesarios para el registro oficial de la Obra.
Durante el tiempo que el grupo misionero estuvo haciendo la obra evangelizadora a través de cultos al aire libre y evangelismo persona a persona en Filipinas, el poder de Dios fue manifestado y un grupo precioso de almas aceptaron al Señor Jesucristo como su Salvador, a su vez Dios obró milagros y permitió a los asistentes testificar de las maravillas que Él hizo en ellos.
Un grupo de personas ya está asistiendo a la primera Iglesia del MMM en Filipinas, la última escuela dominical contó con 9 adultos, 5 jóvenes y un grupo de niños. También un grupo de 7 personas inició el estudio de las lecciones bíblicas para recién convertidos.
PRIMEROS TRABAJOS
Desde el 2 de diciembre 2012 se iniciaron los cultos en la Iglesia del Movimiento Misionero Mundial en Filipinas, ubicada en Sikatuna Village, Quezón City.
Un grupo de 7 nuevos hermanos empezaron sus clases para bautismos. Los hermanos llegan a las clases habiendo revisado en casa las lecciones y teniendo listo su corazón para recibir la enseñanza. Se realizan cultos tres veces a la semana y dos veces el domingo, lo cual difiere de la cultura filipina, pues las iglesias en su gran mayoría, sin importar la denominación, realizan un culto entre semana y dos o tres el domingo (clasificados según el idioma en el que se desarrolla el servicio), no obstante nuestros hermanos filipinos asisten a todos los cultos.
De igual forma, se han realizado cultos al aire libre a los cuales se llevan los equipos de audio de la Iglesia, se entonan algunos cánticos espirituales para adorar a Dios y después se difunde el mensaje con traducción al Tagalog (uno de los idiomas nativos y oficiales del país) por parte de los hermanos miembros de la Iglesia. Después se ofrece oración por las almas que desean aceptar al Señor Jesucristo como su Señor y Salvador y posteriormente se ora por los enfermos, de los cuales se han recibido testimonios preciosos de la sanidad obrada por nuestro amado Dios.
Por otra parte, se inició una escuela bilingüe (Inglés-Tagalog) sabatina de niños, la cual tiene una nutrida asistencia por parte de los pequeños del sector quienes, enviados por sus padres o por iniciativa propia, asisten con el deseo de aprender más de Dios.
Adicionalmente, de lunes a viernes en el horario de 7 a 9 de la mañana, un grupo de hermanos de la Iglesia sale a evangelizar puerta a puerta y persona a persona; algunas veces en inglés y otras en Tagalog, pero recordando siempre el amor de Dios y la necesidad de arrepentimiento del pecado.
Entre otras actividades como Iglesia local a la fecha, se ha realizado un culto misionero y una jornada general de aseo de la casa del Señor. Estas acciones permiten confirmar el compromiso e identidad de esos hermanos con la Obra del Movimiento Misionero Mundial y más importante aún con la Palabra de Dios y la necesidad de compartirla a toda criatura.
El promedio de asistencia en la escuela dominical es entre 12 y 19 personas; en los cultos entre semana es de 5 a 9 asistentes. Algunos de los motivos grandes de oración por este país son: que el Señor liberte a las almas perdidas de la idolatría, los juegos de azar y el homosexualismo rampante y abierto que ha hecho mella incluso en niños muy pequeños y es aceptado por los padres para quien este pecado se ha hecho normal.
Pagpalain ka nawa ng Diyos (Dios le bendiga en Tagalog).