Hace aproximadamente seis años los misioneros Alexander Ortega Pereira y Juliana Navarrete, quienes en aquel tiempo eran miembros de la Iglesia del MMM en La Concordia en Bucaramanga, República de Colombia, salieron obedeciendo el llamado de Dios hacia la Isla de Trinidad y Tobago para estar al frente de la Iglesia que el Señor nos concedió en este país.
En el transcurrir de estos años la Iglesia en Trinidad y Tobago ha peleado diversas batallas. El Señor Jesucristo le ha concedido la gran bendición de ser un faro que guía al pecador a reconciliarse con Dios y a la Iglesia a santificarse más y estar lista para la Venida de Cristo.
Del 28 de enero al 5 de febrero, Dios permitió que, un grupo de hermanos miembros de la Iglesia del MMM La Concordia, visitara la Iglesia en mención bajo la autorización y supervisión del Rev. Samuel David Mejía Ibáñez. El grupo misionero, el cual fue liderado por el co pastor de la Iglesia de La Concordia, Rev. José Obed Mora, antes de llegar a Trinidad y Tobago hizo una parada en la ciudad de Caracas, Venezuela, donde el Rev. Ricardo Manrique, su amada esposa y miembros de la Iglesia del MMM en Catia, les recibieron con gran amor fraternal. Allí se realizó un culto bilingüe (español-inglés), algunos hermanos que son parte de la Escuela Bilingüe en Caracas como algunos de los hermanos del grupo misionero de la Iglesia de La Concordia se unieron para glorificar el nombre del Señor a través de este servicio.
Una vez el grupo misionero se instaló en Trinidad y Tobago, se llevaron a cabo jornadas de evangelismo en los lugares aledaños a la Iglesia y el Señor permitió compartir Su Palabra a diferentes personas de diversas creencias religiosas y condiciones sociales. Los días 29, 30 y 31 de enero se llevó a cabo una conferencia para la familia bajo el tema “La Familia en el Orden de Dios”; el predicador principal fue el Rev. José Obed Mora. El pastor Luis Manuel Martínez, quien está a cargo de la Iglesia en el municipio de Matanza, Colombia, durante el servicio de Escuela Dominical compartió el testimonio de cómo era su vida sin Cristo sumergido en el mundo de la drogadicción y cómo de allí el Señor lo sacó, la transformó y ahora le concede predicar Su Palabra para gloria y honra de nuestro Señor Jesucristo.
También Dios concedió una gran victoria al abrir la puerta para predicar su Palabra en dos cárceles: la de menores y la de adultos. Los hermanos de la Iglesia en Trinidad y Tobago habían estado orando por un periodo de dos años para que Dios les concediera esta oportunidad y Él en su gracia y misericordia le concedió al grupo misionero visitar, junto a los hermanos de la Iglesia y dirigidos por el pastor Alexander Ortega, estos dos lugares, donde los funcionarios de las cárceles como los internos con mucha amabilidad y agradecimiento recibieron la Palabra de Dios.
Por otra parte, cada quince días los hermanos del MMM en Trinidad y Tobago visitaron el hospital para predicar el Evangelio de Jesucristo.
Al finalizar la visita del grupo misionero, se llevó cabo un servicio especial en la localidad de Cumoto, donde un hermoso grupo de hermanos y amigos se reunieron para exaltar el nombre del Señor. Este campo de predicación es otra gran puerta que Dios ha abierto para que su nombre sea invocado y exaltado. ¡Gloria a Dios!