El sabe que al hacerlo, nuevas ramas florecerán y el beneficio no se tardará. Dice la Biblia que Dios es el labrador perfecto y cuida bien las plantas que son nuestras vidas. El tiene que podarnos, hacer cortes necesarios para que haya un crecimiento y una renovación.
Si bien es cierto que en esos momentos sentimos dolor, ira o frustración, debemos entender que esa poda será para beneficio personal y aún para los demás. Por el contrario, cortar la planta significa inutilidad, su tiempo a finalizado y es inservible. ¿Has sentido que podan parte de tu vida? ¿Has visto caer a tierra aquello que has construido? No te desanimes, toma fuerzas en el Padre Dios y camina hacia donde te guía pues está fortaleciendo tu carácter para vivir conforme a sus propósitos.