En 1 Pedro 1:18-20, leemos: “Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros”.
En Mateo 16:16-18, leemos:“Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo, que tú eres Pedro-o sea, piedra pequeña-,y sobre esta roca-o sea, la verdad que has confesado-edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.”
En Juan 17:10, 11, 21-24, el Señor hablando con el Padre dice:“Y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo es mío… Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros… para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros… La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.”
En Efesios 1:3, 4 y 6, leemos:“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él… para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado”.
Otra vez en Efesios 1:22 y23, dice:“Ysometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la Iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.”Volvemos a leer en Efesios 3:10 y 11, como sigue:“Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la Iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor”.
En el Cantar de los Cantares 8:5, dice:“¿Quién es ésta que sube del desierto, recostada sobre su amado?”Y por último en Apocalipsis 19:7 y 8, leemos:“Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.”
Por medio de estas porciones bíblicas leídas, podemos notar cuál es la obra más grandiosa y sublime que Dios jamás haya hecho y que hará.
LA CREACIÓN DE LOS ÁNGELES
Hubo una época cuando sólo estaba Dios el Padre, Dios el Verbo y Dios el Espíritu Santo. Los ángeles son seres creados, son espíritus para la alabanza y el servicio de Dios. Al parecer lo primero que Dios creó fueron los ángeles, millones y millones de ángeles,en todos sus rangos: ángeles, serafines, querubines, arcángeles. Al crear los ángeles, Dios realizó una obra esplendorosa. Pero hay algo mayor, más sublime.
LA CREACIÓN SIDERAL
Cuando Dios creó y organizó la tierra y el sistema solar, las millones y millones de estrellas, soles, constelaciones, las grandes y gigantescas galaxias; es decir, la abrumadora inmensidad del espacio con sus trillones y trillones de estrellas,soles, y toda clase de astros y cuerpos celestes. Desde luego Él realizó una obra grande, portentosa.Pero hay algo más extraordinario y sublime.
LA CREACIÓN DEL HOMBRE
Dios descendió al terruñito del espacio, y con sus manos tomó arcilla, y formó al hombre del polvo de la tierra, formó el cuerpo de barro con toda su estructura, órganos, fisionomía.Pero luego Dios puso de su Espíritu en el barro, “sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente” (Génesis 2:7), a imagen y semejanza de Dios. “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera”(Génesis 1:31).Esta es la llamada obra maestra de la creación. Pero con todo lo maravillosa que es,hay algo más maravilloso y sublime.
LA CREACIÓN DE LA MUJER Y DE LA RAZA HUMANA
“Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él”(Génesis 2:18).De una costilla de Adán Dios creó a la mujer y de allí la descendencia de la raza humana. Y ciertamente esta fue una obra grande, pero no la más grande, esta habría de conducir a otra superior y maravillosa, pues la simiente de la mujer habría de herir la cabeza de la serpiente, a saber el diablo (Génesis 3:15).
LA ENCARNACIÓN DEL VERBO
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.” (Juan 1:1). “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”(Juan 1:14). “E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne…”(1 Timoteo 3:16).“El postrer Adán, espíritu vivificante… Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros”(1 Corintios 15:45; Mateo 1:23).
Pero esta obra tan excepcionalmente maravillosa fue el medio divino, indispensable, para el logro de algo más trascendental, abarcador y sublime.
LA REDENCIÓN HUMANA
Cuando el hombre pecó perdió su espíritu, éste quedó muerto en delitos y pecados, separado de Dios (Efesios 2:5).Cuando el hombre pecó perdió su alma, también fue afectado por esta separación, puestoda“alma que pecare, esa morirá…”(Ezequiel 18:4, 20).
Cuando el hombre pecó perdió su cuerpo, este se enferma, muere, se corrompe y vuelve al polvo (Génesis 3:9). Cuando el hombre pecó perdió su tierra, esta pasó bajo el control de Satanás(Juan 16:11). El hombre como hombre no podía redimir al hombre, pues este es intrínsecamente pecador y está destituido de la gloria de Dios, por lo mismo, no tiene méritos propios para tal cosa (Salmo 49:7; Romanos3:23).
Dios como Dios no podía redimir al hombre sin violar su propia justicia quien había sentenciado al hombre. El hombre tenía que pagar la sentencia divina, pero si la pagaba se perdía eternamente en el infierno y en el lago de fuego. Pero Dios que es rico en misericordia, su amor demandaba el perdón del pecador; y Dios que también es sabio, proveyó el plan de las edades, el plan de redención para descargar sobre Cristo el pecado, la culpa, la sentencia del hombre y perdonar a todo aquél que le recibe como su único y personal Salvador.Redención humana, con sangre divina o las glorias de la redención.
Amados, y ciertamente esta es unamaravillosísima obra,pero que es conducente para algo más sublime.
El Nuevo Nacimiento
Por virtud de esta gloriosa obra de redención realizada por Cristo, el hombre que le acepta recobra su espíritu,pueseste es vivificado por el Espíritu Santo (Efesios 2:1). Recobra su alma, pues esta es salvada y renovada (Apocalipsis 1:5). Recobra su cuerpo, pues este es sanado y al fin resucitado (Efesios 2:6).Recobra su tierra, pues esta también redimida será por Cristo, y devuelta al hombre.
El pecador arrepentido y confiado en el Cristo redentor nace de nuevo (Juan 3:3). Es hecho una nueva criatura (2 Corintios 5:17). Es engendrado de Dios (Juan 1:2, 6, 13). Es hecho hijo de Dios (Juan 1:12). Y todo esto ya comienza a ser sublime.Ciertamente LA IGLESIA es la obra de Dios más sublime en el tiempo y en la eternidad.
LA IGLESIA
Amados, estos hijos, esta descendencia, esta familia de Dios, estos ciudadanos del Cielo, van a entrar al Cielo, pero no cada uno como individuo independiente del otro, ni tampoco como concilio, ni denominaciones, ni movimientos, ni ministerios, ni agrupaciones, para cada cual disfrutar la gloria y las delicias del Cielo a su manera, en su sector privado, organizando sus propias excursiones a las distintas galaxias, ni fomentando sus propios intereses. Nosotros vamos a entrar al Cielo como la Iglesia de Jesucristo que es la más sublime obra de Dios en el tiempo y en la eternidad.
La Iglesia de Jesucristo es comprada con la sangre de Cristo(Efesios 5:25).La Iglesia de Jesucristo es de Dios (1 Timoteo 3:15).Es amada de Cristo (Efesio 5:12).Es consolada,enseñada por el Espíritu Santo (Juan 14:16).Es el cuerpo, siendo Cristo la cabeza (Efesios 1:22).Es el templo siendo Cristo el fundador y fundamento(1 Corintios 3:9, 16; 1 Pedro 2:6, 7).La Iglesia de Jesucristo es edificada por Cristo (Mateo 16:18). Preparada, capacitada y adornada por el Espíritu Santo (Gálatas 5:22-25; 1 Corintios 12:1-12).Es bendecida, con bendición espiritual (Efesios 1:13).Es la expresión, pues da a conocer la multiforme sabiduría de Dios a todas las potestades en los lugares celestiales (Efesios 3:10).Es el motivo principal de las alabanzas a Dios por toda la eternidad (Efesios 3:21). Es sustentada y cuidada por Dios (Efesios 5:29).Es la casa de Dios (1 Timoteo 3:15).
La Iglesia de Jesucristo es columna y apoyo de la verdad (1 Timoteo 3:15).Es la sal de la tierra y la luz del mundo (Mateo 5:13). Es linaje escogido, real sacerdocio, gente santa, pueblo adquirido por Dios (1 Pedro 2:9). Es llena de la plenitud del Padre (Efesios 3:19).Como su cuerpo tiene la plenitud del Hijo (Efesios 1:23). Recibe la plenitud del Espíritu Santo (Efesios 5:18).En ella opera la supereminente grandeza del poder de Dios (Efesios 1:19). Es gloriosa, sin mancha, sin arruga, ni cosa semejante, sino santa y sin mancha (Efesios 5:27). Como cuerpo de Cristo la Iglesia es parte de su carne y de sus huesos (Efesios 5:30).La Iglesia es la novia y la esposa del Cordero de Dios (Apocalipsis 19:7, 8).
Cristo pide al Padre que la Iglesia, su cuerpo, sea uno con Él y con el Padre,“que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros… Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad”(Juan 17:21, 23).
Nosotros, la Iglesia, seremos semejantes a Él (1 Juan 3:2).Tendremos cuerpos glorificados como Él (1 Corintios 15:49, 51). Reinaremos con Él (Apocalipsis 5:10).Nos sentaremos en el trono con Él (Apocalipsis 3:21).Somos herederos de Dios (Romanos 8:17).Y coherederos con Cristo (Romanos 8:17). Lo que herede Cristo, lo hereda la Iglesia (Mateo 25:35). Jesús fue hecho más sublime que los cielos (Hebreos 7:26),la Iglesia como su cuerpo también.
Estimado amigo, si deseas comenzar a disfrutar de los beneficios más sublimes que Dios jamás ha realizado, arrepiéntete de tus pecados, deposita tu fe en Cristo, y recíbele como tu gran Salvador.
Querido hermano en la fe, si estás descuidando esta salvación tan grande, esta es tu oportunidad de arreglar tu vida delante del Señor. Amén.